Un testigo desmonta la coartada del único imputado por el crimen de Helena Jubany
El juez ordena volver a analizar una muestra biológica de la víctima para detectar si hay ADN de terceras personas
El juez ordena buscar ADN en la ropa de Helena Jubany
Barcelona
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Iniciar sesiónHelena Jubany desapareció el 30 de noviembre de 2001. Dos días después, su cadáver se encontró en el patio de luces de un bloque de pisos de Sabadell (Barcelona). La habían arrojado al vacío, desnuda y drogada . Este viernes, un testigo ... ha desmontado la coartada del único imputado por el crimen, Xavier Jiménez, para el día que la joven bibliotecaria fue vista por última vez.
En su comparecencia ante el Juzgado de Instrucción 2 del municipio, el testigo ha señalado que el investigado no estuvo acompañado de un amigo en el local de la Unión Excursionista de Sabadell (UES), como había mantenido en sus declaraciones iniciales. Declaraciones en las que ya existieron contradicciones.
Y es que durante su comparecencia ante la Policía hace dos décadas, Jiménez aseguró haber estado con un tercero, también socio de la UES, Jaume Sanllehí, preparando una excursión a Artés para el día siguiente. En cambio Sanllehí explicó a los agentes que había estado tomando algo en Barcelona.
Fue al día siguiente cuando, voluntariamente, éste último acudió a comisaría para rectificar dicha versión y manifestó que «las cosas habían sucedido tal y como» había indicado el primero pero, este viernes, ha habido un nuevo giro de guion: un amigo de Sanllehí ha traslado al juez que su primera versión era la cierta: había estado en Barcelona, tomando algo, y no junto a Jiménez.
«Su cuartada no es válida. Para nosotros ha quedado acreditado que miente sobre donde se encontraba la noche en que desapareció Helena», ha indicado el abogado de la familia, Benet Salellas, a las puertas de los juzgados. El letrado ha detallado que el testigo que así lo avala se puso en contacto con ellos tras la emisión del programa 'Crims' de TV3, que abordó el asesinato de la joven.
Muestra biológica
Esta mañana también ha comparecido ante el juez Francesc Macià quien, por aquella época -y también ahora- era responsable de la sección Natura de la UES, a la que pertenecían tanto la víctima como los sospechosos del asesinato. Tras el crimen, Macià mantuvo «largas conversaciones telefónicas» con todos los investigados, lo que llevó a la Policía a sospechar que pretendía controlar o coordinar lo que éstos explicaban durante los primeros interrogatorios. Algo que su falta de memoria -se ha mostrado «poco colaborador»- le ha impedido explicar este viernes al instructor, ha precisado Salellas.
A las declaraciones de ambos testigos se une una nueva pericial. Y es que el togado Juan Díaz Villar ha ordenado volver a analizar una muestra biológica de la víctima, al considerar que, pese a que ya se cotejó tras el asesinato, los nuevos medios técnicos podrían detectar ADN de terceras personas, y permitir así compararlos con los restos localizados hace unas semanas en la ropa de Jubany.
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Todavía queda por conocer el resultado de las pruebas de dichas muestras, localizadas en prendas de la joven que aparecieron en la azotea desde donde la arrojaron al vacío, con el material genético que se le extrajo a Jiménez. En caso de que el ADN no sea del único investigado, abriría la puerta a volver a pedir la imputación del que en su día fue uno de los principales sospechosos, Santiago Laiglesia.
La causa contra él se archivó por falta de pruebas, pero «si diera negativo, habría un argumento para pedir volver a imputarle. Sería un argumento lógico porque estaríamos ante una prueba objetiva», ha indicado Salellas.
Autor de los anónimos
La causa por el crimen de Helena se archivó primero en 2005 y este juzgado de Sabadell la reabrió en verano de 2020 a petición de la familia. Tras ello, la Audiencia de Barcelona ordenó darle carpetazo al considerar que las nuevas pruebas que se proponían para encontrar a los asesinos de la joven eran «inútiles». Pero, con el empeño de los Jubany y su abogado, la investigación siguió adelante con la imputación de Jiménez, autor de los anónimos que enviaron a la víctima semanas antes del asesinato, acompañados con bebidas adulteradas con benzodiacepinas. El mismo sedante que, según determinó la autopsia, habían suministrado a la víctima antes de matarla.
En abril de este año, el instructor señaló que «existen indicios suficientes» para afirmar que Jiménez -a quien retiró el pasaporte y le impuso comparecencias periódicas en el juzgado- «participó de forma activa en el asesinato» de la joven.
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