El juez ordena buscar ADN en la ropa de Helena Jubany

Tras la declaración como imputado de Xavier Jiménez el pasado 22 de abril , sobre quien el juez Juan Díaz Villar apuntó que «existen indicios suficiente para afirmar que participó de forma activa en el asesinato», ahora ha ordenado practicar nuevas diligencias, tras la petición de la familia de la víctima.

Los avances científicos de los sistemas genéticos, señala en su auto, podrían permitir obtener «información sustancial» del material biológico. En caso de encontrarse, la acusación pedirá que se coteje con el de Jiménez, a quien el juez mantiene la condición de investigado por el crimen , pese a que su defensa pidió el sobreseimiento provisional de la causa. Ahora se encuentra en libertad con cautelares: la retirada del pasaporte, la prohibición de salir de España y comparecencias periódicas en los juzgados.

Además, Díaz Villar ha acordado citar a declarar a dos testigos que cuestionan la coartada del único imputado. Uno de ellos, contradice su declaración sobre dónde estuvo la noche del 30 de noviembre de 2001 -fecha en que desapareció Helena-, y el otro, integrante de la Unión Excursionista de Sabadell (UES) -al igual que la víctima y los sospechosos del crimen-, para que aclare si el investigado asistió o no a una ruta en Artés el 1 de diciembre de 2001.

Otra de las diligencias que se realizarán será una analítica «del líquido blanquinoso» que se localizó en el cuerpo de la víctima, y que en su día no se pudo determinar de qué se trataba. También se revisará el listado de llamadas y mensajes del investigado y del teléfono fijo de casa de sus padres entre noviembre y diciembre de 2001.

El juez también ha requerido a la Diputación de Barcelona que aclare la «constancia de la presencia o ausencia» de Jiménez en su lugar de trabajo (el Consell Comarcal del Berguedà) el 9 de octubre de 2001 -fecha en que Jubany recibió el segundo anónimo - y ha aceptado el informe pericial caligráfico, solicitado por la defensa, por parte de dos peritos calígrafos, después de que la Policía certificase que el imputado fue autor de parte de los textos que enviaron a la víctima junto a dos bebidas adulteradas con benzodiacepinas, el mismo sedante con el que la drogaron antes de arrojarla desde la azotea de un edificio de la calle Calvet d'Estrella de Sabadell.

Además, el auto señala que el investigado y Jubany «tuvieron que verse entre los días 30 de noviembre y 2 de diciembre» y que tras el asesinato se encuentra más de una persona. Recuerda así que «en la ejecución de un posible plan preconcebido no es necesario que cada uno de los autores esté presente en todo momento y/o desarrolle todos los actos siendo suficiente con que participe en la ejecución, desarrollo o planificación, de una forma directa y relevante».