Madrid sigue siendo más atractiva para las empresas que Cataluña

La Comunidad de Madrid ha superado a Cataluña en dinamismo empresarial. Así, el pasado año 2022, según recogen las estadísticas del Colegio de Registradores, Madrid se situó por encima tanto en creación de nuevas compañías como en recepciones por parte de otras comunidades autónomas.

Si bien es cierto que Cataluña sigue siendo la comunidad con más empresas de España, el saldo neto (salidas de empresas de la comunidad y llegadas al territorio) de Madrid en 2022 fue superior, registrando así más entradas que salidas (191), mientras que Cataluña perdió 181 empresas.

Por otro lado, hay que destacar, también, que en 2022 se constituyeron en la Comunidad de Madrid 23.259 empresas, mientras que en Cataluña se constituyeron 19.035. En la Comunidad de Madrid se constituyeron 239 sociedades anónimas con un capital suscrito de 187.735.672 euros, mientras que en Cataluña solo se constituyeron 60 sociedades anónimas con un capital suscrito de 30.916.826 euros. Como puede observarse, la diferencia es más que notable no sólo en cuanto al número sino en cuanto al volumen de capital. En el capítulo de sociedades limitadas los números también son favorables a la Comunidad de Madrid: 22.618 constituciones con un capital suscrito de 1.315.546.148 euros frente a 18.765 constituciones con un capital suscrito de 646.294.898 euros.

En el Índice autonómico de competitividad fiscal 2022, elaborado por la Fundación para el Avance de la Libertad (España) y la Tax Foundation (EE.UU) y que tiene en consideración el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas, el Impuesto de Patrimonio, el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, el Impuesto sobre Transmisiones patrimoniales, actos jurídicos documentados y operaciones societarias y los Impuestos Autonómicos propios, pone de manifiesto que la Comunidad de Madrid ocupa el primer puesto del ranking. Cataluña, por su parte, se encuentra en el último puesto.

Sin duda que el tratamiento fiscal en renta, patrimonio y sucesiones sea más favorable es una cuestión que ciertamente debe influir en los directivos para domiciliar sus empresas y su propia residencia individual en aquellas Comunidades Autónomas en las que el tratamiento fiscal les resulte más beneficioso. Pero no son solo estos impuestos los que animan a los empresarios a radicar sus empresas. Debemos tener presente que existen, además, toda una serie de impuestos autonómicos propios que también disuaden de radicar empresas en Cataluña.

Así, en lo que respecta a los impuestos autonómicos propios, Cataluña tiene un índice de competitividad fiscal muy bajo, de hecho el peor, según el estudio antes reseñado. Ciertamente, Madrid carece de impuestos, mientras que Cataluña tiene 15, entre ellos: gravamen de protección civil, canon del agua, impuesto sobre grandes establecimientos comerciales, impuestos sobre las estancias en establecimientos turísticos, impuestos sobre las viviendas vacías, impuesto sobre las instalaciones que inciden en el medio ambiente, impuesto sobre los activos no productivos de las personas jurídicas, impuesto sobre la emisión de óxidos de nitrógeno a la atmósfera producida por la aviación comercial, Impuesto sobre la emisión de gases y partículas a la atmósfera producida por la industria, entre un largo etcétera.

Sin duda alguna, es imposible negar que la cuestión fiscal es uno de los factores que más tienen en cuenta los empresarios a la hora de establecer su domicilio social.

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Para que Cataluña se acerque a la situación en la que hoy por hoy se encuentra la Comunidad de Madrid, sería preciso implementar medidas de índole fiscal que permitieran ver dicha Comunidad como un lugar más atractivo para empresarios e inversores. Reducir o eliminar los impuestos autonómicos propios y un tratamiento más beneficioso para los sujetos pasivos de los impuestos de la renta de las personas físicas, patrimonio, sucesiones, y donaciones sin duda ayudaría a lograr dicho objetivo.

Es cierto, también, que no resulta fácil conjugar recaudación y recursos precisos para afrontar el gasto, con la bajada o eliminación de impuestos, pero también debe valorarse que un mayor número de sujetos pasivos de impuestos, aunque tributen menos por determinados impuestos, puede comportar, al final, una mayor recaudación, al conseguirse una mayor dinamismo en la actividad empresarial y en la tributación de los directivos de las compañías.

Jorge Fernández es abogado y socio del despacho Círculo Legal Barcelona