¿Quién es Elda Mata, la presidenta de Sociedad Civil Catalana?

La organización nació a la vista de que la situación política se estaba tensando en Cataluña y, en tiempos del 1-O, fue la que encabezó la respuesta cívica al desafío independentista. Desde su creación, en abril de 2014, hasta la actualidad, cuando sigue siendo un importante caballo de batalla, varios miembros de la sociedad civil catalana han ido encabezando el proyecto.

Desde marzo de 2022, la presidencia de la entidad es de Elda Mata, que tomó las riendas de la entidad de Fernando Sánchez Costa y que hoy precisamente cierra los parlamentos de la manifestación. Ella ha vivido un periodo hasta ahora tranquilo después de que sus antecesores tuvieran que liderar SCC durante los preparativos y la celebración del referéndum ilegal así como con las posteriores etapas turbias en Cataluña a raíz del encarcelamiento y juicio de los líderes políticos del 1-O. ¿Quién es Elda Mata?

Elda Mata Miró-Sans (Barcelona, 1953) lleva años vinculada a SCC, ya que antes de su actual cargo ya fue vicepresidenta de la entidad. Hasta ahora, ha centrado su trayectoria profesional en la provincia de Gerona, donde ha trabajado como empresaria y gerente de algunos negocios agropecuarios y turísticos. Desde 1983, además, vive en Ullà, un pequeño pueblo del Ampurdán.

Paralelamente, Mata ha tenido un perfil social muy claro: prueba de ello es que, antes de entrometerse en el activismo político, fue durante más de 17 años voluntaria en la Cruz Roja, donde llegó a ser presidenta de la agrupación local de Ullà.

Nunca ha militado en ninguna formación pero entró sin pensárselo en SCC. Ya dentro, en 2019 asumió la presidencia provincial de Gerona, un territorio mayoritariamente independentista y hostil con todo lo que recuerda al Estado. Seguramente por este motivo uno de sus pilares de actuación, desde siempre, ha sido tratar de dar voz a los constitucionalistas de las comarcas menos pobladas de Cataluña.

Durante su proclamación en marzo de 2022, Mata prometió ejercer un liderazgo centrado en la «firmeza en la defensa de los derechos constitucionales de todos los catalanes» y en conseguir «el crecimiento constitucionalista fuera del área metropolitana de Barcelona». Y desde un primer momento mostró sus intenciones de luchar para que se cumpliera el 25% de castellano en las aulas de Cataluña.