La Audiencia de Barcelona abre juicio oral contra Dani Alves por la agresión sexual a una joven en los baños de una discoteca
La defensa del futbolista brasileño solicitó el archivo de la causa, petición que ahora rechaza el tribunal al apreciar «suficientes indicios» contra él
Alves no recurrirá su procesamiento por agresión sexual para «agilizar» el señalamiento de juicio
Solo falta fijar la fecha. La Audiencia de Barcelona ha decretado la apertura de juicio oral contra Dani Alves, acusado de la agresión sexual a una joven de 23 años, en una discoteca de la ciudad la madrugada del 30 de diciembre, suceso que avanzó ABC. En un auto, la Sección 21 rechaza el archivo de la causa, tal y como solicitó la defensa del futbolista brasileño, al considerar que se había vulnerado su presunción de inocencia. Entre otras, por la «difusión mediática» del caso y el consiguiente «juicio paralelo».
El tribunal corrobora que es una situación que afecta a todos los procesos con personajes públicos y «lamenta» las «filtraciones» tanto «en ésta, como en todas las causas». Eso sí, subraya que dichas informaciones no tendrán ningún impacto a la hora de juzgar al exlateral del Barça. Su defensa, que ahora ejerce Inés Guardiola, también reprochó que hasta el día de su detención, Alves no tuvo acceso al atestado policial, pese a que las diligencias no se habían declarado secretas. También que el perito de parte no estuviese presente en la exploración de la joven, cuestionando así el papel de la instructora. Ahora la Audiencia contesta a la penalista que de haber sospechado de la imparcialidad de la juez podía haberla recusado, algo que no hizo.
Es más, la Sección 21 afea a Guardiola que, de ser así, ésta solicite directamente el archivo de la causa y no la realización de alguna diligencia de investigación más, mediante la revocación del auto de conclusión de sumario. Sostiene así el tribunal que «existen suficientes indicios racionales como para acordar la apertura del juicio oral» contra Alves, tal y como solicitaron la acusación particular y la Fiscalía.
Unos indicios que se basan, no solo en la declaración de la denunciante, sino también en las de los testigos y en los informes periciales. El suceso se produjo en los lavabos de la zona VIP de un local de la zona alta de Barcelona, Sutton, donde el brasileño habría violado a una joven de 23 años. Unas horas después, preguntado al respecto, desde su entorno trasladaron a ABC que Alves sí había estado en la discoteca de la calle Tuset, aunque «durante poco tiempo». También que allí no había pasado «nada».
Casi un mes después, el 20 de enero, el futbolista acudió a prestar declaración ante los Mossos y fue detenido. Tras pasar a disposición judicial, esa misma fecha, ingresó en prisión preventiva -comunicada y sin fianza- donde se encuentra desde entonces, a la espera de juicio. Su defensa presentó sendos recursos para solicitar su puesta en libertad, pero tanto la instructora como la Audiencia de Barcelona rechazaron todos ellos por el riesgo de fuga.
En sus declaraciones, Alves pasó de negar los hechos -tras localizar los investigadores restos de ADN- a alegar relaciones consentidas con la denunciante. Para sustentar esta versión, el brasileño explicó que había mentido para ocultar la infidelidad a su pareja. Además, su abogado, entonces Cristóbal Martell, presentó un estudio pormenorizado de las cámaras de seguridad del local para defender que entre su cliente y la joven existió «galanteo sexual en fase de cortejo», en los momentos previos a que ambos accediesen a los lavabos -de donde no hay grabaciones-, primero él, luego ella.
Ante dicha afirmación, el tribunal de la Sección 3ª apuntó en un auto, el pasado junio, que la valoración de las imágenes tendrá que llevarse a cabo durante el juicio. A pesar de ello, subrayó entonces que «el relato de indicios -contra Alves- es tan abundante» que «permite sostener la presunta comisión de un delito contra la libertad sexual». Es más, los magistrados señalaron que «aun cuando se tratara de un cortejo sexual entre dos adultos, no puede en modo alguno justificar una posterior agresión sexual».
Ahora, tras la apertura de juicio, las acusación particular y la Fiscalía tendrán que presentar sendos escritos con las penas que solicitan para el futbolista. Después, el tribunal fijará la fecha en la que tendrá que sentarse en el banquillo. Se enfrenta a una condena de hasta 12 años de prisión.
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