El TSJ de Castilla y León confirma la condena al exconcejal de Ponferrada que dejó parapléjica a su mujer

Tras el juicio celebrado el pasado diciembre, la Audiencia de León falló condenar a doce años de cárcel al exedil por lesiones agravadas con la concurrencia de las circunstancias agravantes de parentesco y de discriminación por razón de género. A lo que sumó otros dos años y cinco meses de prisión por tres delitos de maltrato en el ámbito familiar y dos y medio más por maltrato habitual vividos durante una relación de «dominación» de él y «temor» de ella marcada por las humillaciones, insultos y palizas.

Y además de una indemnización a la víctima de más de 1,5 millones de euros, pesa sobre Muñoz la prohibición de aproximarse a una distancia inferior a 500 metros del domicilio, centro de trabajo o lugar en el que esté Raquel, así como comunicarse con ella durante 18 años. Para controlar el cumplimiento de esas medidas se acordó mantener el dispositivo de control telemático impuesto al acusado.

El Tribunal sí absolvió al exedil de los delitos de asesinato y homicidio en grado de tentativa que pedían desde la acusación, pues entendió que aunque tuvo «intención de acabar con la vida» de su entonces pareja, sus acciones posteriores –fue quien avisó a emergencias– sirvieron «decisivamente para que ese resultado finalmente letal no se produjese». También lo absolvió de los delitos de amenazas y de injurias.

En total, la pena impuesta por la Audiencia de León y ahora ratificada por el Tribunal Superior de Justicia –contra la que cabe recurso de casación– suma esos casi 17 años de prisión. Pedro Muñoz ya había cumplido casi el máximo de dos de forma preventiva entre rejas antes del juicio, tras el que debió volver a la cárcel el 6 de febrero ya con el fallo de la Audiencia de León. Ingresó por primera vez el 2 de junio de 2020, unos días después de esa noche en la que, según recoge la sentencia condenatoria, en mitad de una discusión en su domicilio arrastró a Raquel hasta la terraza y la arrojó sobre un pozo, a la vez que profería gritos de «zorra, hija de puta, ¿te has muerto ya?» y prosiguió «con patadas, golpes y un palo en varias partes del cuerpo». A la llegada de los servicios de emergencia, el estado de la mujer era muy grave e incluso se barajó la donación de órganos. Salvó la vida. Está parapléjica y con lesiones que la hacen dependiente para las actividades básicas.

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Ese fallo fue recurrido por todas las partes, incluido el propio penado, para cuya defensa la sentencia era «injusta» y reclamaba su libre absolución o, de ser condenado, las penas mínimas por cada delito. Entre sus argumentos, que no veían lógico que, de querer acabar con la vida de Raquel, Pedro Muñoz hubiera decidido autorizar la intervención quirúrgica en lugar de donar sus órganos.

Tanto el Ministerio Fiscal como las acusaciones particulares, incluida la de la propia víctima, elevaban sus peticiones a entre 18 años y 9 meses y 23 años menos un día, respectivamente, al considerar que el ya reo tenía la voluntad de acabar con la vida de Raquel.