El ex concejal de Ponferrada que tiró a su mujer por la terraza tiene diez días para ingresar en prisión

Este lunes Pedro Muñoz volvía a la Audiencia Provincial que acogió la vista oral de su caso ante la petición de Fiscalía y las acusaciones de que entrara en la cárcel de forma provisional tras la condena que le fue impuesta por sentencia el pasado mes de enero en la que, además de a 16 años y once meses de cárcel, se le impone una indemnización de 1,5 millones de euros a su exmujer. Los magistrados han estimado hoy que ingrese en prisión comunicada y sin fianza sin esperar a que sea firme el fallo, que sus letrados tienen intención de recurrir -él siempre lo negó todo-. «No tengo por qué eludir la cárcel; eso solo lo hacen los culpables», insisitió ayer sobre un posible riesgo de fuga.

En el auto notificado este martes a las partes la Audiencia estima que "que concurren en este caso todos los requisitos" para decretar su ingreso en prisión, una medida "proporcional y necesaria" con el que evitar el riesgo de fuga ante gravedad del delito y las penas y descarta, además, que los problemas de salud alegados por la defensa de Muñoz impidan adoptar la medida. En base a ello se abre un plazo de diez días para que se presente voluntariamente en el Centro Penitenciario de Mansilla de las Mulas o se procederá a su detención para hacerlo efectivo. Cabe recurso en un plazo de cinco días.

El pronunciamiento de la Audiencia de León llega tras su sentencia del 10 de enero en la que consideró probado que desde el inició fue una relación «tóxica» en la que el exconcejal mantuvo «un comportamiento violento e intimidante» hacia la que fuera su pareja. Amenazas, humillaciones, agresiones físicas y maltratos psíquicos, que tenían «una clara intención de menospreciarla, humillarla, anularla, denigrarla, controlarla y dominarla» y «todo por el simple hecho de ser mujer».

Limitaba lo que podía hacer o no en su tiempo libre, sus relaciones -llamándola o personándose donde estuviera cuando iba con terceras para «controlarla»- e incluso su regalo de boda, que impuso que fueran donaciones para el partido en el que ambos militaban, Coalición por El Bierzo. También en el ámbito profesional, era su jefe en la formación, y le obligó a dejar el local en el que Raquel Díaz trabajaba de abogada.

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El «ambiente de terror» de una relación en la que decía «sólo mando yo» y durante la cual le había llegado a advertir «te voy a matar», llevó a Raquel en varias ocasiones a abandonar el domicilio y pedir «auxilio» a su círculo, si bien «debido a las amenazas y maltratos que sufría no fue capaz de romper con dicha relación», sobre todo «porque tenía miedo y pánico a que pudiera pasar algo malo a ella o su familia«.

Maquillaba o cubría con ropa sus lesiones y «forzada» a ello firmó un acta notarial afirmando no haber sido maltratada para «acallar» los comentarios que apuntaban hacia esa cierta situación. Bajo tratamiento psicólogico -online para que él no se enterara- por depresión continuó inmersa en «circulo vicioso de violencia con una dependencia emocional insufrible»

El 27 de mayo de 2020 entablaron una discusión tras la cual la víctima se dispuso a hacer la maleta para abandonar el domicilio en el que pasaban el confinamiento en la localidad de Toreno cuando Muñoz se acercó a ella y le dijo: «¿No te enteras que sólo muerta te puedes librar de mí?». A continuación, comenzó a agredirla y la arrastró hasta la terraza a unos cuatro metros del suelo y la arrojó. Inmóvil y tirada en el suelo boca abajo ella aún respiraba en el patio cuando él entró el gritando «zorra, hija de puta, ¿te has muerto ya?» y siguió pegándola.

Si bien el fallo, que aceptó la tesis de la Fiscalía, reconocía que estos hechos tenían «la intención de acabar con la vida» de Raquel, apuntaba a que «no quiso finalmente hacerlo, cesando en su conducta» y «arrepintiéndose de ello, evitando así el resultado de su muerte al introducirla en una galería de la vivienda«, »tratando de bloquear las hemorragias« y llamando al 112. Por este motivo fue condenado por lesiones agravadas, así como por otros por maltrato, en vez de por asesinato en grado de tentativa como reclamaba la acusación representante de la víctima.

Cuando llegaron los servicios médicos de emergencias se encontraron a la víctima en situación de «gravedad extrema» y la trasladaron al Hospital de León donde llegó casi en muerte cerebral, siendo luego intervenida quirúrgicamente y lográndose así salvar su vida.

Eso sí, la agresión le dejó graves secuelas psicofísicas que le imposibilitan para la realización de cualquier tipo de profesión u oficio, precisando asistencia para todas las actividades básicas de la vida diaria. Vive en una residencia de ancianos pegada a un dispositivo de seguridad desde que Muñoz saliera en libertad en mayo de 2022.