UN TIEMPO PROPIO
Castilla y León: el futuro no puede esperar
Resulta preocupante que, a estas alturas, los líderes de los principales partidos apenas hayan explicado qué modelo de desarrollo quieren para la Comunidad
Presupuestos: la gran anomalía política
Castilla y León: el campo, clave en las elecciones del 15 de marzo
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Iniciar sesiónLas elecciones en Castilla y León vuelven a situar a la Comunidad en un momento decisivo. Más allá de los cálculos electorales, de los equilibrios entre partidos o de los debates estériles sobre quién pactará con quién, lo que realmente está en juego es el ... futuro de una tierra que, año tras año, ve cómo se reduce su población, se cierran negocios y se marchan sus jóvenes. Castilla y León necesita algo más que discursos de campaña: necesita un proyecto claro, ambicioso e ilusionante.
Resulta preocupante que, a estas alturas, los líderes de los principales partidos apenas hayan explicado qué modelo de desarrollo quieren para la Comunidad. ¿Qué Castilla y León imaginan dentro de diez o veinte años? ¿Qué papel debe jugar en el conjunto de España? ¿Cómo piensan frenar la despoblación, modernizar el tejido productivo o retener el talento joven? Son preguntas que no pueden seguir sin respuesta. La campaña electoral debería servir precisamente para eso: para confrontar ideas, no solo siglas.
Castilla y León dispone de enormes recursos: un patrimonio natural y cultural de valor incalculable, una posición estratégica en el norte de la península, una educación de calidad reconocida por los índices internacionales, universidades consolidadas y una calidad de vida envidiable. Pero esos recursos se han gestionado durante décadas con una mirada demasiado conservadora, sin una apuesta firme por la innovación ni por el emprendimiento. La economía regional sigue dependiendo en exceso de los sectores tradicionales y de los fondos públicos que apenas generan valor añadido.
Los candidatos deberían atreverse a hablar de innovación tecnológica en el medio rural, de energías renovables bien planificadas, de incentivos fiscales para atraer empresas y de políticas de vivienda que permitan a los jóvenes desarrollar su vida en la Comunidad. Es urgente vincular universidad y empresa, invertir en infraestructuras digitales, energéticas, viarias y apostar por una movilidad sostenible que conecte los pequeños municipios. En definitiva, hay que entender que Castilla y León no necesita ser una Comunidad subsidiada, sino un territorio que genere oportunidades desde su identidad y sus recursos.
Más profesores para un futuro mejor
Salvador Rus RufinoLos votantes merecen escuchar propuestas concretas, no promesas vacías. La regeneración de Castilla y León pasa por una política valiente, capaz de asumir riesgos y de pensar en el largo plazo. Si los líderes no son capaces de ofrecer una visión de futuro clara y compartida, esta tierra seguirá perdiendo población, talento y relevancia.
Las elecciones son una oportunidad, quizás la última en mucho tiempo, para definir un nuevo rumbo. Castilla y León no necesita nostalgia, sino esperanza; no necesita resignación, sino proyectos. Y esos proyectos solo pueden nacer si los políticos empiezan, por fin, a hablar de futuro y dejan de mirar al pasado.
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