Los embalses de la cuenca del Duero ganan un 45% de agua en lo que va de año

Ese cuatro por ciento a mayores en sólo siete días, según los últimos datos oficiales, no sólo supone que están casi veinte puntos por encima del nivel que mostraban a la misma altura de un 2023 estrenado acusando las necesidades arrastradas del escaso 2022, sino que también superan con creces el promedio de los últimos diez -la estadística en la que se mezclan año más secos con otros más húmedos- en más de trece puntos porcentuales y mil hectómetros cúbicos de líquido más.

Y eso que, según los datos de la Aemet (Agencia Estatal de Meteorología), Castilla y León no está entre las zonas de España con los registros globales más elevados de precipitaciones al cerrar marzo. E incluso el conjunto del invierno se quedó un siete por ciento por debajo de los valores normales. Aún así, desde que comenzó el año, los embalses del Duero han ganado algo más de 2.000 hectómetros, con lo que han incrementando sus reservas un 45 por ciento. Para entonces ya tenían unas más generosas que doce meses antes -casi al 60 por ciento, con algo más de 4.500 hectómetros-. Ha sido desde finales de febrero cuando han experimentado el mayor 'estirón'.

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Echando la vista más atrás, desde que marcaron el punto más bajo reciente, allá por mediados de octubre, han más que duplicado lo que almacenan. El inicio del otoño no fue halagüeño, con las reservas en caída siguiendo la estela a la baja que ya comenzó en primavera y se prolongó durante el verano. Hasta que pisaron 'suelo', con 3.138 hectómetros, a poco más del 41 por ciento. Ahora superan el 86, con 6.566 hectómetros de líquido. Más de un tercio (2.343) los acumula Almendra, a caballo entre las provincias de Salamanca y Zamora, de gestión privada, que supera el 88 por ciento de sus posibilidades.

También los de la CHD están más llenos. Por encima del 85 por ciento en su conjunto, con algunos como el segoviano de El Pontón Alto y el burgalés Arlanzón al tope de sus posibilidades. Todos los sistemas superan el 85 por ciento, salvo el palentino Pisuerga, donde lo que suman Cervera-Ruesga, La Requejada y Aguilar de Campoo se queda en un escaso 64. Aún así, la cifra es mejor que la de hace un año y se aproxima a la media del último decenio. Llama la atención el deshidratado panorama del embalse de La Requejada, con 11,4 hectómetros de los 58,7 de capacidad, incluso por debajo del valor de 2023. Está a menos del 20 por ciento. Casi al nivel de los embalses de Cataluña (16,40), los que presentan un estado más seco dentro del conjunto nacional.

En ese mapa, sólo las cuencas País Vasco Interna y Cantábrico Oriental, a más del 90, Costa Galicia (87,28) y Miño-Sil (86,93) tienen sus embalses a mayor nivel de reservas. Por comunidades, Castilla y León -donde también se adentran las del Ebro, Tajo y Miño-Sil- es la cuarta con un porcentaje de agua acumulada dentro de sus posibilidades más alto. Al 86,20 por ciento se queda por detrás de Navarra (95 por ciento), Madrid (casi 88) y Galicia (87).