Castilla y León revisará la previsión de crecimiento del PIB al alza pese a los incendios

Esta decisión responde al comportamiento del Producto Interior Bruto (PIB) en el segundo trimestre del año. Este registró una variación interanual del 3,1 por ciento, una décima menos que el aumento de los tres meses anteriores, pero mantiene el crecimiento de la economía de la Comunidad por encima de las previsiones realizadas por la Junta -del 2 por ciento-. «Está claro que vamos a crecer por encima», significó el consejero, destacando que el dato registrado durante el primer semestre del año ha superado en más de un punto ese cálculo inicial, aunque resaltando de nuevo que esa evolución suele ser menor de cara a la segunda parte del año. En cualquier caso, destacó que la subida del 3,1 por ciento es superior a la media nacional (2,8 por ciento), casi el doble que la experimentada en la UE y 1,5 puntos más que en la zona Euro. «Es un crecimiento que sigue manteniendo una senda positiva coherente con los últimos años», subrayó durante la presentación de la Contabilidad Regional Trimestral.

Respecto a los factores que contribuyeron a esta evolución, Carriedo citó el «empuje» de los servicios -el sector con más peso en el PIB- en el ámbito de la oferta. Aumentó un 3,9 por ciento entre abril y junio, con la información y las comunicaciones (9,7 por ciento), las actividades científicas y técnicas (5,9 por ciento) y el comercio y la hostelería (4,4 por ciento) como principales 'bastiones', pese al descenso de las dos últimas respecto al segundo trimestre. Asimismo, hizo mención al «buen comportamiento» del sector industrial -tanto desde el punto de vista de la oferta como desde la demanda-, recordando que Castilla y León se sigue manteniendo a la cabeza del crecimiento, según los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Se refirió también Fernández Carriedo al comportamiento del sector primario, con un aumento del 0,7% interanual, algo más de un punto menos que en el trimestre anterior. Especificó que aunque la agricultura evolucionó «en términos positivos», lo hizo por debajo del crecimiento medio autonómico. De hecho, concretó que aunque la cosecha había sido buena en volumen, los precios «no están acompañando». Peor comportamiento tuvo la ganadería, que anotó una caída de la producción, aunque inferior a la del primer trimestre.

En cuanto a la demanda, el consejero de Economía y Hacienda subrayó los dos «factores esenciales» que contribuyeron al «buen comportamiento» de la demanda interna. Por un lado, el gasto en el consumo tanto de familias -pasó del 3,1 al 3,3- como de administraciones públicas -se elevó del 2,1 al 2,3-. Asimismo, destacó la consolidación de un sector industrial con aún capacidad de crecimiento. En este sentido, hizo hincapié en que gran parte del aumento del PIB por el lado de la demanda se debió al tirón de la inversión, que aumentó un 4,6 por ciento, cuatro décimas más que en el primer trimestre, con especial intensidad en el caso de los bienes de equipo -creció un 7,2 por ciento interanual, más que en el trimestre anterior, que fue de un 6,4. En el caso de la inversión en construcción mantuvo el mismo incremento que en el trimestre anterior (2,2 por ciento).

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Por contra, reveló que en el sector exterior, donde la Comunidad había tenido «un comportamiento muy bueno», se están revelando «síntomas» de un menor ritmo de crecimiento que el pasado año. Así, aunque los datos de las ventas de Castilla y León fuera de nuestras fronteras siguen siendo positivos, en este trimestre la contribución ha sido negativa porque han caído tanto las exportaciones (pasan del 2,6 al 1,8 por ciento) como las importaciones (pasan del 2,4 al 2,2 por ciento), que superan además a las primeras.

«Es plenamente compatible», aseveró el consejero, quien aclaró que «seguimos siendo exportadores porque exportamos más de lo que importamos». No obstante, atribuyó el descenso interanual del saldo exterior al «escenario internacional» y al aumento de las inversiones en bienes de equipo, que «en el medio plazo va a consolidar la capacidad de crecimiento del sector industrial» y, a su juicio, «demuestra que Castilla y León es un buen lugar para invertir y hacer producción industrial».