«Buenas» expectativas en el veraneo de interior a pesar de aumentar los viajes al extranjero

Aún así, las perspectivas son «buenas», y en provincias como León, Salamanca, Ávila, León y Zamora se espera superar el 80 por ciento de ocupación entre la segunda quincena de julio y la primera quincena de agosto, fechas que por tradición concentran el mayor número de visitantes. «Hay bastantes alojamientos que llevan un tiempo con el cartel de completo» para esas fechas, confirma Pedro Flecha, presidente de Aletur (Asociación Leonesa de Turismo Rural), que engloba a alrededor de 160 establecimientos de esta provincia, en la que ya se han vuelto a los números prepandemia e incluso «hay zonas en las que se han superado», explica.

Otra de las 'viejas costumbres' recuperadas en esta zona es la reserva «con hasta dos o tres meses de antelación» y es que recuerda que «en todos los indicadores, la provincia está entre los diez mejores destinos españoles en cuanto a ocupación de alojamientos».

Comarca del Bierzo y Montaña de Riaño –destino que ha crecido en los últimos años– son las opciones favoritas de los que optan por este territorio como destino vacacional, a la que llegan cada vez más «gallegos y portugueses» y donde las estancias se sitúan «entre una semana y quince días».

También en Salamanca «ha habido más reservas». Si esa es la 'cara', la 'cruz' es para el gasto, en el que estiman «una pequeña bajada» debido al incremento de los precios y el menor poder adquisitivo de los veraneantes. Lo destaca Alberto Sánchez, de la Asociación de Empresarios de Turismo de Salamanca y propietario de un establecimiento con «el cien por cien de las reservas» en este periodo. En esta provincia, la estancia media se alarga hasta la quincena, sobre todo en alojamientos que cuentan con el 'atractivo' del agua –piscina en la propia casa o ríos o pantanos cerca– y para solventar el 23J se ha tirado de ingenio: «Es verdad que nos han preguntado mucho y yo, por ejemplo, me he encargado de pedir el voto por correo a mis clientes para evitar que no pudieran venir».

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En Zamora, la mayoría de los empresarios han optado por actuar «como cuando el Covid» y no cobrar los gastos de cancelación si al cliente le toca estar en una mesa electoral. Aún así, «está habiendo cancelaciones» y ese fin de semana «probablemente pegue un bajón», aunque «el resto de la temporada creo que va a ser buena», augura Óscar Somoza, presidente de la Asociación Zamorana de Empresarios de Hostelería (Azehos). Aunque depende de comarcas y zonas, en el caso de las más turísticas –Sanabria, fundamentalmente– se están manejando ya «ocupaciones superiores al 80 por ciento del 15 de julio al 20 de agosto y del 60 en el resto de fechas. «Presumiblemente llegaremos al cien por cien en momentos puntuales». «Estamos seguros de que vamos a superar las cifras de 2019, otra cosa es el gasto. Será muy difícil mejorarlo porque está mermando», sostiene también este empresario, convencido de que «casi toda la gente mira ahora la carta por la derecha. Va directamente a los precios».

También lo percibe Luis Chico, al frente de la Asociación de Empresarios de Alojamientos Rurales de Castilla y León: «La gente no acude a la bodega ni a la quesería del pueblo. Te deja los restos de un paquete de jamón de un bocadillo que se ha hecho... Son detalles con los que te das cuenta de que no hay dinero». Espera un julio «atípico» y un mejor agosto, cuando se concentran fiestas populares, recreaciones históricas o mercados medievales: «Es el mes por excelencia. Vemos como pequeñas poblaciones cuadruplican el número de habitantes».

Desde la Asociación de Hoteles de Valladolid también admiten una cierta «incertidumbre» en el sector para los meses de julio y agosto por el daño que ha supuesto en los bolsillos de los ciudadanos el alza de los tipos de interés y, como consecuencia, de sus hipotecas, así como por las reservas de última hora, con las que no pueden contar hasta bien entrado el verano, expuso en rueda de prensa el pasado viernes su presidente, Francisco Javier de Frutos.

 «La gente quiere salir y disfrutar, y si en lugar de cinco días puede salir tres, lo hará», opina Jaime Fernández, al frente de la Confederación de Hostelería y Turismo de Castilla y León y del colectivo en Valladolid. No obstante, sentencia de cara al verano: «Somos optimistas. En nuestra comunidad el trabajo está bien hecho. Nuestro patrimonio y gastronomía es un gran atractivo». Coincide con algunos de sus compañeros en que el fin de semana electoral «ha hecho daño», pero para el resto de días «se está viendo que poco a poco los alojamientos se van ocupando, y eso que la gente apura hasta el final». En Valladolid el grueso de visitantes llegarán «entre las dos últimas semanas de julio y las dos primeras de agosto» y lo harán, sobre todo, atraídos por el enoturismo.

«Buenas expectativas» tienen también en Ávila, pese a que «mayo y junio están siendo bastante terribles», sostiene Daniel Pérez, presidente de la Asociación de Turismo Rural de Ávila, que achaca la situación a «las tormentas, que están haciendo bien al campo, pero a nosotros nos machaca». Valle del Tiétar, Gredos o Barranco de las Cinco Villas son las zonas predilectas para el veraneante que «busca el fresco», recuerda el empresario, quien cree que en el fin de semana electoral el comportamiento será similar al pasado 28M, en el que los madrileños, sus principales visitantes, optaron por «marcharse temprano el domingo para votar». Pese a su optimismo, se muestra «escéptico» cuando se le pregunta si esperan superar las cifras de 2019: «Llevamos mucho tiempo sufriendo las consecuencias de una inflación desbocada». Aún así, implora: «Necesitamos que sea un gran verano. Los empresarios del turismo rural no podemos más».

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Desde la Asociación de Turismo Rural de Burgos, Ana Peña coincide en que el verano será «peor» que en el último año prepandemia: «Durante estos años atrás se ha movido más turismo porque la gente no viajaba tanto al extranjero y prefería zonas más tranquilas», aunque todavía espera que funcione el «última hora», sobre todo en la reserva por habitaciones. «Es verdad que ahora se han parado un poco, pero es que los destinos de interior en verano son de planificación más corta», sostiene Piedad Sánchez, al frente de la Asociación de Hoteles de Castilla y León. Por el momento, la ocupación de los hoteles ronda, de media, «entre un 40 y 45 por ciento», pero «queda todavía, y agosto es mucho más intenso que julio». La estancia media en estos establecimientos no se prolonga más de dos días y medio y está ligada más al turismo cultural.