A prisión Ángel, 'el Gorrilla', por matar a su vecino: «Pásate por casa, hablamos tranquilamente y te invito a una raya»

Lo mató la noche del miércoles tras asestarle entre dos y tres puñaladas en la casa okupada de Aitor, en el número 27 de la calle de Polonia. Allí se citaron porque el fallecido, de 44 años y padre de un niño, tenía celos de Ángel. «Aitor mandó un wasap a Ángel en el que le decía que fuera a su casa para hablar tranquilamente y le invitaba a una raya», asegura a ABC una persona que ha leído ese mensaje de WhatsApp. «Fue una pelea entre gallitos, no premeditada», dijo otra persona que conoce los hechos.

Aitor le recriminaba que se viera con su exnovia, con la que había dejado la relación recientemente, pero ella seguía viviendo en la casa con otras dos personas. Aitor también reprochaba a Ángel que la dejara entrar en su vivienda, un chalé adosado de dos alturas que 'el Gorrilla' ocupa ilegalmente a 70 metros, en el número 20 de la misma calle.

«A Ángel le engañaron para meterle en la casa. Supuestamente iban a hablar de buena manera, como personas civilizadas», dijo a ABC Vasi, amigo del homicida y que esperaba en la otra acera la noche de autos. Según su testimonio, Ángel entró tranquilo, cerraron la cancela, la reja y la puerta. «Y empezaron sus gritos. Él chillaba y pedía socorro: '¡Que me matan!».

Vasi se acercó a la puerta, gritó también y pulsó el timbre, pero nadie le abrió. Por eso fue casa por casa pidiendo ayuda, «porque le estaban matando». Al regresar a la casa, Vasi relataba que se encontró a Ángel en la calle tirado y pidiendo socorro porque no veía. «Tenía toda la cabeza como una sandía cortada, llena de sangre. No le conocía nadie», describía Vasi.

En efecto, Ángel tenía el ojo izquierdo cerrado, hinchado y completamente amoratado. Así lo ha visto todo el pueblo en un vídeo viral de once segundos de duración que le grabaron unos conocidos suyos antes de ser detenido y de que ingresara durante unas horas en el Hospital Universitario de Toledo por las lesiones.

«Fue en defensa propia. Yo no lo presencié, es lo que Ángel me contó», afirmó a ABC un amigo que recibió una llamada telefónica de él tras la reyerta. «¡Es un chaval de puta madre, que no buscaba problemas! ¡Sí, tiene sus problemas, pero como los podemos tener cualquiera!», añadía alterado sobre Ángel, quien llevaba «tres días o cuatro con un contrato como albañil».

El autor confeso no aclaró a la Guardia Civil con qué lo mató en el vestíbulo de la vivienda de Aitor y el arma, un objeto punzante, no ha sido localizada. Y la exnovia, que estaba en casa cuando ocurrió la reyerta mortal, tiene colgado en su estado de WhatsApp un corazón negro con una vela encendida, según han manifestado algunos vecinos que lo han visto.

El crimen ocurrió en una zona que es un «nido» de delincuencia y ocupación ilegal, según fuentes consultadas por ABC. Aitor, que era toxicómano y arrogante, cometía robos «acompañado de su novia» en un supermercado de este municipio sagreño de 4.000 habitantes.

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Los vecinos cuentan también comportamientos machistas de Aitor cuando mantenía la relación con su novia. «Hace bien poco, ella salía de un supermercado e iba cargada como una burra y le pidió ayuda. Aitor le contestó que, como quería igualdad, que le dieran por culo y que cargara como una perra», recuerda una persona que fue testigo. La misma que asegura haber visto a Aitor mostrando recientemente sus genitales en la calle, a plena luz del día, a una cámara de seguridad.