Crimen en Chozas de Canales: la reyerta por celos entre dos okupas que mató a Aitor

Para «aclarar» la situación, Aitor quedó con Ángel en verse en el número 27 de la misma calle, donde vivían como okupas la víctima mortal y también su expareja sentimental, además de otras personas. En principio, sería para hablar, pero en el vestíbulo de la vivienda, también de dos plantas, se produjo la reyerta.

«Fue una pelea entre gallitos, no premeditada», resume una fuente consultada por ABC, aunque Vasi matiza: «A Ángel le engañaron para meterle en la casa. Supuestamente iban a hablar de buena manera, como personas civilizadas». Vasi es un amigo del presunto autor que estaba esperando al otro lado de la acera. Según su testimonio, Ángel entró tranquilo, cerraron la cancela, la reja y la puerta. «Y empezaron sus gritos. Él chillaba y pedía socorro: '¡Que me matan!».

Vasi se acercó a la puerta, gritó también y pulsó el timbre, pero nadie le abrió. Por eso fue casa por casa pidiendo ayuda «porque le estaban matando». Al regresar a la casa, situada en un barrio que es «un nido de delincuencia» y okupación, relata Vasi que se encontró a Ángel en la calle tirado y pidiendo socorro porque no veía. «Tenía toda la cabeza como una sandía cortada, llena de sangre. No le conocía nadie», describe Vasi, que no vio a Aitor camino del Centro de Salud de Camarena, a ocho kilómetros, donde murió.

En efecto, a Ángel se le ve con el rostro completamente desfigurado en un vídeo de once segundos de duración que le grabaron, al que ha tenido acceso ABC y que se ha difundido por todo el pueblo. Se le ve el ojo izquierdo cerrado, hinchado y completamente amoratado.

«Fue en defensa propia. Yo no lo presencié, es lo que Ángel me contó», dice a ABC un amigo que recibió una llamada telefónica tras la reyerta. «¡Es un chaval de puta madre, que no buscaba problemas! ¡Sí, tiene sus problemas, pero como los podemos tener cualquiera!», añade alterado.

Está enfadado por la imagen que se está dando de Ángel, quien llevaba «tres días o cuatro con un contrato como albañil». «No es mala persona. Demasiada desgraciada tiene el chaval donde está ahora. ¡Y sin culpa, y sin culpa!», continúa, preocupado por hacerle llegar dinero o enseres. «Está claro que si le pegan, no se va a dejar pegar, como cualquier persona. Pero él estaba ayudando» a la exnovia de Aitor, que «la tenía secuestrada y le daba bocadillos por la ventana», aunque otras fuentes de toda solvencia desmienten este último extremo.

Ángel llamó por teléfono a la Guardia Civil afirmando que necesitaba ayuda porque le han pegado y reconociendo que había apuñalado a Aitor, que fue trasladado por uno de los okupas al centro sanitario donde falleció. Ángel continúa en los calabozos del centro de detención de Valmojado, a 17 kilómetros de Chozas de Canales. Ha reconocido que lo apuñaló, pero no con qué. El arma homicida no ha sido encontrada todavía.