Carlos Velázquez, del alcalde inesperado al líder que busca su relato en Toledo
DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA CIUDAD
Con corbata verde y discurso de casi cien páginas, el alcalde reivindicó «el Gobierno de los hechos» frente a los «años de anuncios» del PSOE
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Javier Guayerbas
Toledo
Llegó a ser alcalde sin esperarlo, pero con el poso de haber gestionado un municipio de 30.000 habitantes durante dos legislaturas, Seseña. En estos casi dos años y medio de mandato Carlos Velázquez se ha hecho un nombre en Toledo como alcalde, con ... sus luces y sus sombras, y lo ha hecho, a su parecer, tendiendo puentes entre administraciones, sobre todo con el Gobierno del socialista Emiliano García-Page, con quien en estos 30 meses han sido más los acercamientos y posturas compartidas, que los desencuentros que sí ha protagonizado con el Ejecutivo central de Pedro Sánchez y su representante en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón.
Precisamente a ella le ha dedicado de manera velada los primeros cinco minutos de su discurso, y otros tantos más, en el que es su segundo debate del estado de la ciudad. Zasca tras zasca, Velázquez quiso apuntalar el mensaje de su relato: con él Toledo avanza y emerge de las cenizas, que como reitera cada vez que tiene la oportunidad, se encontró aquel 17 de junio de 2023 cuando tomó posesión de la Alcaldía.
Tras ese prólogo marcado por la fotografía de la ciudad que recibió tras 16 años de gobiernos del PSOE, Velázquez compartió desde el atril del salón de Plenos todos los hitos en materia cultural, los conseguidos y los que están por llegar, para dar paso a los proyectos que anunció hace ahora un año y que ya son una realidad o que están en ejecución, como el nuevo campo de fútbol del Carlos III junto al Campus Universitario de la Fábrica de Armas o el arenero y balsa de retención de sólidos y aguas pluviales del arroyo Villagómez en Azucaica que ya ha evitado varios episodios de inundaciones en las calles del barrio.
Los nueve concejales del PP, los hombres y mujeres de Charlie, siguieron con atención las dos horas de intervención del líder que cedió la presidencia del Pleno a la vicealcaldesa, Inés Cañizares (Vox), cuya formación política es el puntal que sustenta al Gobierno del bipartito. Este debate no hubo enfado ni fricción entre estas dos formaciones de la derecha toledana. Atrás queda el episodio de 2024 cuando el Debate sobre el estado de la Ciudad lo presidió el portavoz del Ejecutivo municipal, Juan José Alcalde, y no la edil de Vox.
Un ejercicio de escucha
El debate en esta primera sesión supone un ejercicio de escucha, tanto para los 25 concejales de la Corporación municipal, como para la veintena de invitados a esta cita extraordinaria que ocuparon la zona de público del salón de Plenos del Consistorio toledano, sin olvidar a los medios de comunicación ubicados en el patio acristalado para seguir el segundo a segundo del alcalde en una pantalla de televisión.
En ese patio, en el que el alcalde comparece ante los periodistas cuando se trata de temas de interés para la ciudadanía, no faltaron en una mesa corrida los termos de café y leche, las jarras de cristal con zumo de naranja de brick, las botellitas de agua mineral y un popurrí de bollería, pastas de te y saladitos para hacer más llevadera la jornada a quienes son los transmisores del mensaje municipal hacia la opinión pública.
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Y así, el ejercicio de escucha avanzó al compás marcado por Velázquez, que leyó sin pausa las casi 100 páginas de un discurso elaborado durante las últimas semanas por él y por su equipo más cercano; un texto para ser escuchado, es decir, acudiendo a la RAE, al que prestar atención, como se supone que hizo el público y los ediles de los grupos municipales, sentados en sus escaños y pendientes, también, del mal del siglo XXI: sus teléfonos móviles y tablets.
Y es que todo el mundo recordará cuando en 2015 la entonces presidenta del Congreso Celia Villalobos fue pillada jugando con el iPad a un videojuego, pues este martes, 10 años después de aquella noticia, en Toledo la presidenta del Pleno, Inés Cañizares, lo ha hecho con su teléfono manteniendo su mirada baja y un semblante serio roto por alguna sonrisa. La pantalla iluminada del celular se reflejaba en los cristales de sus gafas de pasta y aunque no estaba jugando una partida al Candy Crush o al Frozen -como Villalobos- sí estuvo pendiente de una conocida aplicación de mensajería instantánea, del correo electrónico y de la actualidad nacional que en su formación política, Vox, vino marcada por su compañero Francisco Javier Ortega Smith, relegado de su posición en la portavocía adjunta de su partido en el Congreso de los Diputados.
En busca de los temas sensibles
Cuando restan 18 meses para que los ciudadanos sean llamados a las urnas, el alcalde apuesta ya por un relato de contrapuntos basado en recordar los males del socialismo para Toledo y las bondades del bipartito PP-Vox para la ciudadanía, todo ello con el matiz de la sensibilidad y de aquello que mueve la conciencia ciudadana, como cada vez más el respeto y el cuidado del medio ambiente, o la atención a los mayores.
En ese punto, Velázquez dio por primera vez el dato de árboles talados durante el año 2022 bajo la responsabilidad del PSOE, 1.927, y también en 2023, 1.060 árboles, con él ya en la Alcaldía de junio a diciembre. «Donde había alcorques vacíos, volverán a crecer nuevos ejemplares», dijo, siempre con una meta: «conseguir un Toledo mejor».
Otro logro vendido por el alcalde, ahora en el debate, es la respuesta a los vecinos del barrio de Buenavista, que durante años reclamaron un centro de mayores en el barrio, siempre prometido y nunca ejecutado, hasta ahora; o su apuesta por la participación ciudadana «real» con el fin de dar soluciones «a los problemas de la gente», aunque los consejos de participación de los barrios de Santa María de Benquerencia y de Santa Bárbara no se convocan desde el mes de junio, casualmente, bastiones socialistas y críticos con el Gobierno de Carlos Velázquez.
Verde esperanza
El verde fuel color elegido por el regidor para su corbata, y es que la esperanza es lo último que se pierde, y Velázquez está anclado a ella. Aunque sea una frase recurrente. Tras su intervención y la ovación cerrada de los concejales del Gobierno, la sensación de esperanza revoloteó por la bancada de la derecha, mientras que en la izquierda, el PSOE y el concejal de IU se levantaron casi al segundo en busca de aire fresco y un aperitivo antes de regresar al salón de Plenos para ya en la sesión de la tarde exponer esa otra radiografía de Toledo.
Frente al boato de otros debates sobre el estado de la ciudad celebrados en la última década, el de este martes ha sido contenido en cuanto a puesta en escena. La sala Capitular, ese espacio noble del Consistorio cargado de historia y simbolismo, no abrió sus puertas para dar cabida a las decenas de invitados de los años socialistas. Este Gobierno invitó al debate a contados representantes de la sociedad toledana, dando muestra de lo importante que es la mesura en los gestos.
Y así, con la escenografía habitual de un Pleno más, entre el balance y los anuncios, la intervención del alcalde finalizaba dos horas después del mediodía, con su credo, el credo de Velázquez: «Somos el Gobierno de los hechos, no de los simples anuncios, las fotos y los titulares».
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