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El Greco y la mística (I)

El Greco y la mística (I)

óscar gonzález palencia/antonio illán illán

Una esfera mística circunda la personalidad creativa del Greco. Se aprecia un aire en la composición de sus cuadros que deja ver una trascendencia a la vez humana y divina. También podemos hablar de dos mundos: el terreno y el celestial; el primero más cercano ... y realista; el segundo más conceptual, espiritual e imaginativo. En buena parte de su pintura todo queda aureolado, y una misteriosa realidad mantiene en comunicación diversos horizontes: lo nocturno y lo diurno, lo terrenal y lo celeste, lo empírico y lo virtual. Quizá debiéramos recurrir a Platón para interpretar ese Greco que se muestra en dos caras, como en el «Entierro del señor de Orgaz», o que pinta Toledos que trascienden la propia naturaleza de las cosas. No buscamos en el Greco lo que ya hemos considerado puro humanismo del artista; sin embargo son diferentes las voces que lo relacionan con la mística a partir de su profundo conocimiento del universo real, simbólico, espiritual y de fe de la religión de su tiempo, algo que él supo llevar significativamente a cada una de sus obras.

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