Un proyecto de vinos únicos liderado por mujeres en Ciudad Real
Las hermanas Laura y Ana son la quinta generación de Bodegas Cañaveras, un proyecto familiar centenario al que ahora ellas, desde hace una década, le han dado su propio toque moderno y femenino sin olvidar sus orígenes
Rosalía Molina, alma máter de Bodega Altolandón y ejemplo de mujer rural
Ana (a la izquierda) y Laura Cañaveras (a la derecha), las dos hermanas que lideran el proyecto
Dice el refranero popular: «El buen vino en copa fina y servido por mano femenina». Una frase que viene como anillo al dedo para ilustrar lo que significa un proyecto vitivinícola liderado por mujeres. Laura y Ana Cañaveras, que así es como se llaman, son ... dos jóvenes hermanas, herederas de una bodega centenaria de Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real).
Bodegas Cañaveras, con más de 130 años de historia, ha dado ahora un salto a la modernidad sin olvidar sus orígenes ni el saber hacer de sus ancestros. Laura y Ana son la quinta generación de esta familia ligada a este mundo y aún recuerdan para ABC su feliz infancia jugando entre barricas, viñas y botellas de vino. Memorias vívidas y frescas que se dejan notar en los caldos que elaboran tanto en el contenido como en el continente.
Laura y Ana, junto a su padre, Antonio Cañaveras
Con una producción anual de casi un millón de botellas al año, su filosofía pasa por hacer vinos que «sean capaces de sorprender para poder formar parte de los distintos momentos de la vida» y su objetivo es darles «un toque personal, moderno y femenino, con un etiquetado novedoso, uniendo la tradición que han aportado nuestros antepasados con la innovación que aportamos nosotras», explica Laura Cañaveras, sumiller profesional que, junto a su hermana Ana, encargada de la parte administrativa y dedicada a la logística del comercio internacional, son los dos pilares de la bodega.
Muestra de ello es su fuerte proyección fuera de nuestras fronteras, tanto nacionales como internacionales, pues han pasado de exportar a unos pocos países a estar presentes en una veintena de destinos de Europa, Asia y América. Sin embargo, como ellas mismas reconocen, siguen «con los pies en el suelo porque nos da firmeza y equilibrio, y nos permite ver con perspectiva de dónde partimos y hacia dónde queremos llegar».
Ana y Laura, en uno de los viñedos que tienen en Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real)
Es ahí, en su terruño calcáreo y de cuarcita, donde echan raíces las viñas de las que, año tras año, se recogen los frutos con los que elaboran sus famosos vinos llenos de reminiscencias a su pasado y a su niñez. En la actualidad Bodegas Cañaveras, que también realiza una decidida apuesta por el enoturismo, con diferentes paquetes y visitas, comercializa sus vinos amparados por la IGP Vino de la Tierra de Castilla con las marcas LaurAna, Las Niñas, Familia Cañaveras, Compás flamenco, Altos del Castillo, Viña Juanele, Alegría y Cañaveras.
La marca LaurAna surge, como es fácil de suponer, de la conjunción de unir el nombre de Laura y Ana en un vino, que abrió una gama de los vinos de la quinta generación de la bodega. Por su parte, el nombre de 'Las niñas', en cuya etiqueta aparece reflejada la imagen de las dos hermanas en compañía de su abuelo visitando un viñedo, en clara alusión a tiempos pasados, donde el diseñador quiso reflejar el antes y el después: «Significa que las niñas han jugado de pequeñas en un viñedo y ahora es su lugar del trabajo», apunta Laura.
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