Page en contra de los «gobiernos tapón»: «No hay que aguantar para que no entren otros»
El presidente de Castilla-La Mancha considera que desde que Sánchez decidió quedarse tras su proceso de reflexión hace ahora un año se ha abierto una etapa de «bunkerización»
Page se define como «un costalero más» dentro del PSOE, no se ve 'papable' y reivindica el reencuentro con la socialdemocracia
F. Franco
Toledo
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha mostrado este jueves en contra de lo que denominó «gobiernos tapón». «Un gobierno no tiene que aguantar para que no entre otro», aseguró Page, que considera que desde que Sánchez decidió hace ... un año seguir en La Moncloa tras sus días de reflexión de abrió una «etapa de bunkerización». «Esto vale para los que están dentro, pero no para los que están fuera», aseguró.
El barón socialista ha analizado la situación política actual en una entrevista en el programa 'Espejo Público' en la que aseguró que, tras el anuncio del aumento del gasto militar de 10.400 millones, «a Sumar le va a costar mantener la presión de IU y de Podemos para mantenerse en el gobierno al menos que quiera dar la imagen de que sólo lo interesa la poltrona». En su opinión, las bases políticas de la izquierda que apoya al gobierno están «pulverizadas» y la única forma de rearmarse sociológicamente es «confrontar con un gobierno de derechas».
Sobre las tensiones internas en el seno de la coalición, Page consideró coherente la reacción del coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, al contrato de compra de balas una empresa israelí. «Él ya lo había avisado como línea roja», porque «cuando alguien afirma que le indigna el gasto militar, significa que antepone la dignidad a la decisión». No obstante, Page aseguró que «lo relevante no es tanto que se aumente el gasto en defensa, sino que se había dicho que pasaría lo contrario», subrayó.
Page, ante el aumento de gasto militar: «A Sumar se le va a hacer muy cuesta arriba mantenerse en el Gobierno»
F. FrancoEl presidente de Castill-La Mancha cree que la gente, creo que muy mayoritariamente, está esperando que haya convocatoria electoral para poder hablar»
En su análisis de la legislatura, Page fue claro: «Lo relevante no es que dure una legislatura, sino si sirve para algo, algo que dudo». De hecho, aseguró que su precepción es que «la mayoría de la gente está empezando a pensar que más que un Gobierno hay desgobierno». En este sentido advirtió que «esta legislatura podría pasar a la historia como la única en la que no se ha aprobado ni un solo presupuesto». No obstante, frente a nuevos pactos con el independentismo para desbloquear las cuentas públicas, fue tajante: «Prefiero que no pase nada a que lo que pase sea una regresión».
Salida de la legislatura
El presidente de Castilla-La Mancha también añadió que le gustaría que la salida de esta legislatura «fuera lo más limpia posible». «Si hay que ir a un proceso electoral, pues que voten los ciudadanos y asumir democráticamente todo. Yo soy de izquierdas, soy socialista, soy socialdemócrata, pero antes que eso soy demócrata», aseguró.
En este contexto, García-Page reveló que las encuestas internas que maneja el PSOE muestran ya un nivel de decisión de voto muy alto, «similar al que suele haber a veinte días de unas elecciones», y que hay un sentimiento generalizado de «cansancio» y «antipatía» hacia la política. El barón socialista afirmó también que en la calle percibe un «deseo muy amplio de cambio», aunque puntualizó: «Ya veremos en qué dirección se produce».
Asimismo, constató un creciente desapego hacia el actual rumbo del partido: «Hay mucha melancolía, pero cariñosa, respecto de lo que era el PSOE con el que la gente se reconocía».
Amnistía y Tribunal Constitucional
También abordó la ley de amnistía y el papel del Tribunal Constitucional que, según explicó se ha convertido en la «piedra angular sobre la que se sustenta la dinámica del bunker». «Este Tribunal Constitucional, por mucho que lo critique el PP, es consecuencia de un acuerdo entre PP y el PSOE; sus miembros actuales son consecuencia de ese acuerdo. Por tanto, si no existiera esta composición del Tribunal Constitucional, en definitiva, se siguiéramos con el anterior ni Puigdemont ni nadie tendría garantías de amnistía».
Page cree que, aunque debe acatarse lo que decida el alto tribunal «porque los contrario sólo conduce a una ruptura del modelo verdaderamente tremenda», en el ambiente quedará «la reflexión de que cuando haya que hablar sobre la Constitución habrá que hablar sobre el papel del propio Tribunal Constitucional y, sobre todo, sinceramente, determinar un modelo distinto de elección».
Por último, se refirió a los casos de corrupción que salpican al entorno del Gobierno, especialmente el llamado caso Koldo y las derivadas del llamado «caso Aldama». Page considera que «todo lo que está apareciendo es espantoso, en muchos frentes: en lo económico, en lo estético y en lo que tiene que ver con las mujeres». A su juicio, se trata de «una bomba de racimo» que aún traerá «muchísimas derivadas».
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