La lenta agonía de los embalses de Castilla-La Mancha

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Jordi Martínez

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Sin tener fotografías de satélite concretas de Castilla-La Mancha, si uno se da una vuelta durante este verano por cualquiera de los pantanos de la geografía regional, puede observar con estupor que el nivel del agua no para de bajar y bajar. Las altas temperaturas, añadidas a la sequía y a la falta de lluvias prolongadas, dejan una imagen dantesca.

Los ríos y embalses de la cuenca del Guadiana están en una situación muy preocupante, la más crítica que ha experimentado el río durante este siglo, pero los de la cuenca del Tajo no están mejor. En la última semana, Entrepeñas y Buendía han perdido 17,45 hectómetros cúbicos y acumulan menos de 548,69 hectómetros, lo que supone el 21,8% de su capacidad, que es de 2.518.

Ambos se encuentran en nivel 3, lo que se traduce en una situación excepcional debido a la pérdida de agua por la sequía. Lleva semanas sin llover, la escasez de agua se acentúa y los pueblos ribereños no esconden su incertidumbre. Los pantanos de cabecera acumulan una cantidad exigua, sin contar los 61 hectómetros cúbicos de agua pendientes de enviar al Levante de trasvases anteriores.

La última derivación de agua dirigida al río Segura, la correspondiente para este mes, se aprobó el 4 de agosto. En concreto, se autorizó trasvasar la mitad de lo permitido, es decir, 10 hectómetros cúbicos, aunque se habían pedido 20, como en los últimos meses. Pero, dado el estado de los pantanos, se redujo esa cantidad, siendo la mayoría para consumo humano.

A fecha de 23 de agosto, en Castilla-La Mancha hay un total de 1.924 hectómetros cúbicos de agua embalsada, según datos de Embalses.net. Los pantanos de la región están al 33,19% de su capacidad de media y en los últimos días han perdido 36 hectómetros cúbicos, estando muy por debajo de los datos del 2021 y más aún si se comparan con las cifras de hace 10 años.

De las cinco provincias, la que mejor situación tiene es Cuenca, cuyos embalses están por encima del 50% de su capacidad, mientras que en el resto de provincias están por debajo de la mitad del agua que podrían acumular. Los de Ciudad Real son los peor parados, al encontrarse al 23,14% de su capacidad, seguidos muy de cerca por los de Guadalajara, que están al 24,81%.

Especialmente llamativa es la situación que atraviesa el Tajo a su paso por Toledo. El poco caudal, debido a la falta de lluvias y los trasvases, la suciedad y los vertidos ilegales a sus aguas han provocado que el río en esta zona esté en una situación bastante crítica.

Un año después, ha habido cambios en la ribera del Tajo en el entorno de la ciudad de Toledo. El delta que se formó por la crecida del Arroyo de la Degollada durante la DANA del 1 de septiembre de 2021, hace justo 12 meses, aún continúa intacta, porque el río no tiene suficiente fuerza ni caudal para arrastrarla. Se trata de una nueva lengua de arena de varios metros de longitud.

En estado grave se encuentra o, más bien, se encontraba también el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, que recibía ya el 19 de agosto a pleno rendimiento agua procedente del río Tajo. Según asegura el Gobierno regional, se trata de un trasvase puntual y extraordinario que llevará el agua a través de la Tubería a la Llanura Manchega dada la escasez de recursos hídricos de este humedal.

Este espacio único en Europa cumplirá el año que viene 50 años de su declaración como parque nacional y, pese a que esta derivación de agua ha sido vista con buenos ojos por muchos, la organización Ecologistas en Acción Ciudad Real asegura, sin embargo, que el trasvase desde el río Tajo al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel a través de la Tubería a la Llanura Manchega «es una chapuza» que trata de «enmascarar» la grave situación ambiental que afecta a este humedal.

Sobre esta situación general informó esta semana el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, que dice que hacen un seguimiento diario de la situación de las siete cuencas hidrográficas que atraviesan la comunidad autónoma. «Efectivamente —según reconoce—, hay seis de ellas con problemas debido al periodo de sequía evidente que estamos sufriendo, aunque hay una, la del Júcar, que está mejor que el año pasado y que la media de los últimos diez años gracias a las precipitaciones que se produjeron en un momento determinado en las provincias de Cuenca y Albacete».

«Como es obvio, sufrimos dificultades, pero no mayores que otros años. Hay que decir siempre que Castilla-La Mancha es una región seca por definición en la que además sabemos utilizar muy bien cada gota de agua en la actividad agraria, en la empresarial y en la de los particulares. Para ello, estamos poniendo todos los medios para que no haya problemas de abastecimiento, con un esfuerzo inversor muy importante en colaboración también con el Gobierno de España», indica Martínez Arroyo.

En este sentido, el consejero se refería a las infraestructuras que se han realizado en los municipios ribereños del Alto Tajo, en el Campo de Calatrava o la puesta en marcha de la Tubería Manchega dentro de poco para garantizar la llegada de agua suficiente para 80.000 castellanomanchegos que viven en el Alto Guadiana, de lo que se beneficiarán 15 pueblos, 11 de ellos de la provincia de Cuenca.

«Todo esto se ha hecho porque estamos anticipándonos para que no haya problemas de abastecimiento y para que Castilla-La Mancha pueda seguir prosperando. Evidentemente, no podemos anticiparnos a lo que vaya a suceder en próximos meses, puesto que no sabemos si va a a haber muchas o pocas precipitaciones. Espero que llueva, ya que el otoño es la estación de las lluvias porque así lo dicen las estadísticas de la meteorología en España, con una serie histórica de más de cien años», afirma.

El responsable de agua de la Junta de Comunidades explica que cuando finaliza el verano hay menos población en los municipios de la región, menos demanda de agua y, por lo tanto, hay problemas puntuales de abastecimiento en alguno de ellos. Para tratar éste y otros asuntos, anuncia que esta próxima semana mantendrá una reunión con el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), José Julián Garde, para desarrollar varios trabajos conjuntos de planificación para anticiparse a complicaciones hídricas.

Habrá que quedarse con las recomendaciones de la Confederación Hidrográfica del Tajo, que con el fin de concienciar a la población, aconseja la práctica de las cinco erres de la economía circular aplicadas al agua para hacer un uso eficiente de esta fuente de vida: reducir su consumo, reparar fugas y pérdidas, recuperar aguas usadas, reutilizar y reciclar.