La sequía empieza a vaciar embalses y amenaza con disparar la factura de la luz

El parón de la actividad en Rialb es, según los expertos, «solo un adelanto» de lo que podría llegar. En España la producción de las centrales hidroeléctricas ha caído a los niveles más bajos de los últimos 30 años. La reserva nacional de los embalses se sitúa ahora mismo entorno al 36 por ciento de su capacidad, una cifra que no se veía desde 1995. En Cataluña la producción hidroeléctrica ha descendido este año entorno a un 15 por ciento respecto 2021 y casi un 35 respecto a la media de la última década. Estas cifras siguen la tendencia general de estos meses norte de los pirineos, donde la falta de agua supone un problema para dos terceras partes de Europa y ya se habla de «la peor sequía de los últimos 500 años».

La situación en la central de Rialb, sumada a los posibles cierres de otras plantas hidroeléctricas, obliga a las centrales de ciclo combinado a quemar más gas para compensar la falta de energía. Todo esto con Europa sumida en la peor crisis de suministros de su historia reciente y con el precio de los hidrocarburos disparado. Además, los expertos apuntan que la producción hidroeléctrica interanual en España podría ser este año la más baja desde 1999, lo que supone una 'tragedia medioambiental' considerando que el año pasado esta fuente de energía se encargó de cubrir casi el 12 por ciento de la demanda peninsular. Otras fuentes de energía como los aerogeneradores o las centrales nucleares se encargaron de producir el 24 y el 22 por ciento respectivamente.

La sequía aprieta y no solo pantanos y centrales se están viendo afectados. Este viernes la Agencia Catalana del Agua (ACA) declaró la alerta hidrológica en las unidades del Empordà, Banyoles, Serralada Transversal y Prades. En total, son 129 municipios los que se han visto afectados por las restricciones y 279 los que se encuentran en alerta de sequía, lo que representa una población de 683.000 habitantes (el 9% de Cataluña).

Según ha informado la ACA en un comunicado, las medidas que deben aplicarse en estos lugares incluyen limitar el agua utilizada para el riego agrícola en un 25 por ciento, la del ganado en un diez por ciento, la de la industria en un cinco por ciento y los usos recreativos que impliquen riego deberán reducir el consumo casi en una tercera parte. Para el uso doméstico, se han establecido restricciones particulares que deben cumplir los municipios, como limitar el riego de jardines y zonas verdes o la prohibición de llenar las fuentes ornamentales, limpiar las calles con agua de la red, llenar piscinas y lavar el coche, entre otros.

La región de Barcelona no se libra de la falta de agua y el sistema de embalses Ter Llobregat se encuentra peligrosamente cerca del umbral de alerta, ahora establecido en 210 hectómetros cúbicos. Tal cantidad supone algo menos del 40 por ciento de la capacidad de los pantanos que nutren la región central de Cataluña, cuando por estas fechas en 2021 superaban el 78. De continuar esta tendencia a la baja, que está dejando al descubierto antiguos pueblos 'inhumados' bajo el agua en los pantanos de Sau, Susqueda y Pasteral, entre otros, la Generalitat podría decretar en septiembre la alerta por sequía también en la Ciudad Condal y Gerona.

Las lluvias de los últimos días han aportado algo de volumen a los embalses y pozos, pero para la ACA «no ha sido suficiente». En paralelo, se ha incrementado la producción de las plantas desalinizadoras hasta el 90% de la capacidad respecto el año pasado, lo que supone una producción media desde enero de 5,4 hectómetros cúbicos al mes. Se calcula que sin su aportación los embalses catalanes estarían hasta seis puntos por debajo.