Así funciona MuMi, el filtrador de microplásticos premiado creado por científicos canarios

Este dispositivo responde a uno de los problemas a los que se enfrenta la humanidad en la actualidad, ya que a pesar de que existen diversos tipos de basura, tales como vidrios, aceites, metales, más del 80% de la basura marina es plástico. El plástico, una vez entran en el medio marino, se mueve y se acumula a lo largo de todo el planeta, de manera que existen informes de presencia de islas de basura flotante en todos los mares y océanos.

Los métodos de muestreo a gran escala para el monitoreo de microplásticos en aguas de mar abierto siguen siendo un desafío en la oceanografía. Actualmente están basados, principalmente, en un sistema de colecta mediante el remolque de una red de plancton pero es ineficiente para recuperar microplásticosinferiores a 300 micras debido a la limitación del tamaño de la malla.

MuMi es un dispositivo que permite el muestreo acuático de microplásticos del diámetro de un cabello (hasta 50 micras de tamaño), y puede usarse en remolque por embarcaciones de pequeña escala, como las de recreo, pesca recreativa, o turismo náutico. Está fabricado en ácido poliláctico (PLA), un termoplástico biodegradable, mediante impresión 3D y cuenta con varios filtros intercambiables de distintos tamaños. El propio dispositivo cuenta con un caudalímetro, que mediante el cable de conexión y una pantalla a bordo, permite visualizar el volumen de agua filtrado directamente desde la embarcación y en todo momento. La instalación no requiere ninguna especificación técnica compleja, pudiendo ser utilizado por un amplio rango de plataformas de muestreo de este material. Gracias a su diseño hidrodinámico y su bajo peso, se mantiene a flote durante la navegación y, de esta manera, va filtrando las partículas que se encuentra en la superficie.

Se trata de un muestreador de oportunidad, en el sentido de que puede funcionar sin interferir en la actividad del barco que lo lleve, permite realizar muestreos sucesivos sin tocar tierra, es rentable y asequible, fabricado con tecnología 3D y tiene un diseño coherente y respetuoso con el medio ambiente.

A la convocatoria de este año de la Oficina Española de Patentes y Marcasse presentaron más de un centenar de solicitudes, entre las cuales estaba este proyecto del departamento que coordina María Dolores Gelado, y en el que han trabajado, junto a Tania Montoro, los investigadores Pedro Juan Cardona y José Joaquín Hernández.

Por su parte, este reconocimiento se suma al premio obtenido en 2022, en el marco de la Patents Week, otorgado por la Cátedra Telefónica a la Mejor Invención del estudiantado de la ULPGC. La universidad ha destacado el valor del trabajo de investigación de este equipo como la labor de la Oficina de Protección Industrial e Intelectual impulsando los resultados de investigación generados en el seno de la centro canario.