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medio ambiente

Las islas Canarias dejarán de ser verdes en 50 años

El consejero de Lucha contra el Cambio Climático canario advierte que de no hacer nada para remediarlo las islas tenderán a la desertización en unos años

Canarias podría perder el 75% de su PIB por el cambio climático

Cascada de Los Tilos en la isla de La Palma TURISMO ISLAS CANARIAS

Laura Bautista

Las Palmas de Gran Canaria

El cambio climático impactará en Canarias antes que en los demás territorios de España y lo hará con consecuencias drásticas, cambiando para siempre el paisaje y la idiosincracia del archipiélago. El aumento de las temperaturas y del nivel del mar, la radicalización de las precipitaciones y los periodos de sequía le borrarán para siempre la imagen verde a las islas en 50 años. De no hacer nada, el cambio climático convertirá las islas en desierto.

La media anual de temperatura mínima en Canarias pasará de los 15,8 grados en el periodo 1995-2004 a los 16,9 en 2045 y a los 18,9 en 2090. Si no se le pone remedio, los inviernos canarios superarán de mínima los 16 grados, e incluso los 20,5 en otoño o los 21,7 en verano, lo que supone una variación de más de 3 grados centígrados impactando sobre el territorio.

Las temperaturas máximas medias se disparan de los 20,6 de 1995-2004 a los más de 23,9 grados a final de siglo, con otoños tórridos a más de 25,6 de media, y veranos de más de 27 grados. La variación de las temperaturas máximas es de más de 3,5 grados en este siglo, algo inasumible para el ecosistema natural canario. Tan solo el pasado año 2022 Canarias registró 40 muertes por las olas de calor, que ya son una de las causas de esta desviación de la mortalidad en las series históricas el archipiélago.

De acuerdo a los datos recogidos en el informe Gota de la Universidad de La Laguna, la radiación solar de onda corta en superficie pasará de los 269,9 del periodo 1995-2004 a los 273,4 en el periodo 2045-2054. Extremadamente preocupante es también la estimación de precipitación media en Canarias, que se reducirá más de un tercio en los próximos años, con una media de 122,6 mm/año en 1995-2004 para llegar a los 89,6 mm/año estimados en 2090 en invierno. La media anual de lluvias bajará casi 20 puntos en 2045, de los 260 a los 243 mm/año.

Así lo ha explicado a ABC el consejero de Lucha contra el Cambio Climático del Gobierno de Canarias, José Antonio Valbuena, que advierte que los datos de la comunidad científica nos llevan a pronosticar que la temperatura media de Canarias de aquí a final de siglo «se va a incrementar más de tres grados centígrados respecto a la temperatura actual«.

Ya existen evidencia de que, por ejemplo, en el caso de la isla de Tenerife, las lluvias «se van a reducir en casi un 26% en la segunda mitad de este año, con los efectos que eso puede tener sobre el territorio«. Este colapso hídrico llevará a que a final de este siglo, «solo la isla de La Palma podrá mantener su estatus de isla verde, mientras el resto tenderán a estampas como la de Lanzarote y Fuerteventura».

La traducción de esto está en, por ejemplo, la subida del nivel medio del mar que «puede poner en riesgo el 50% de nuestra costa en el último cuarto de este siglo, e infraestructuras como los aeropuertos de Lanzarote y Fuerteventura«.

La subida del nivel del mar afectará a los aeropuertos, no tanto porque sean anegados, ha dicho el consejero regional, sino porque los periodos recurrencia de los efectos dañinos de los fenómenos adversos «serán tan recurrentes que hacen inviable sostener cualquier tipo de infraestructura o o ámbito residencial en estas zonas«.

Además, ha dicho, esto significa «no solo sobrepasar de manera amplia los compromisos del 2015 en París sino unos efectos terribles sobre nuestro ecosistema y nuestro sistema productivo». Un incremento de la temperatura media de más de tres grados centígrados tiene una traducción directa «sobre todos y cada uno de los ecosistemas de los que depende buena parte de nuestra economía».

Del mismo modo, los incendios forestales se sumarán como una amenaza fuera de los veranos, como está ocurriendo este año, porque «en pleno mes de marzo se han tenido que sacar alertas por riesgo de incendios forestales, algo inaudito en un territorio como Canarias«. Este episodio de calor »no solo no es normal sino que cada vez es más recurrente«. Además, a este riesgo se le suma el previsible incremento en la velocidad media del viento, uno de los puntos clave para alimentar los incendios forestales.

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