Bolaños insiste en azuzar al CGPJ contra el juez Peinado y le pide «agilidad» para resolver sus quejas
El ministro de Justicia dice estar preocupado por «decisiones incomprensibles que dañan el buen nombre de la Justicia»
Moncloa presionó al CGPJ para «pararle los pies» al juez Peinado: «Hay un señor ridiculizando las instituciones»
Bilbao
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Iniciar sesiónA medida que avanza la investigación por malversación que afecta a la mujer de Pedro Sánchez, citada este sábado ante la Justicia junto a su asesora, Cristina Álvarez y el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, el choque entre el juez Juan Carlos ... Peinado, que instruye el caso contra Begoña Gómez, y el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, sigue elevándose. Hoy, desplazado a Bilbao con motivo del acto de apertura del año judicial en la comunidad autónoma, respondió sobre las presiones que, tal y como informó este viernes ABC, se han ejercido desde el Palacio de la Moncloa sobre el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con la intención de «pararle los pies» al magistrado.
«Sobre esta instrucción quiero simplemente decir que como ministro de Justicia me preocupan aquellas actuaciones judiciales incomprensibles y que hacen daño al buen nombre de la Justicia», ha afirmado el ministro en una comparecencia en la sede de la Subdelegación del Gobierno de Vizcaya, donde hizo una parada antes de dirigirse al Palacio de Justicia, que aguardaba al acto oficial.
La respuesta a la información no quedó ahí. Al ser cuestionado por la noticia de este periódico reconoció las quejas que él mismo interpuso ante el CGPJ tras ser interrogado en calidad de testigo por el juez Peinado el día 16 del pasado mes de abril, en el marco de la misma causa que afecta a Begoña Gómez: «Creo que es público y notorio porque lo hizo público la propia persona afectada que yo he presentado escritos de queja ante el Consejo General del Poder Judicial». El ministro especificaba que este movimiento, conocido en la prensa desde la segunda mitad del mes de agosto, se llevó a cabo «con total discreción» por su parte. «No quise hacerlo público porque lo que pretendo es que el CGPJ haga su trabajo con tranquilidad. Yo no lo hice público. Lo hizo el afectado», insistía.
Sin nombrarle, Bolaños hacía referencia en varias ocasiones al juez Peinado, que en un auto fechado el pasado 18 de agosto, en el que sumaba a la causa contra la mujer del presidente el delito de malversación (ya la investigaba antes por tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo laboral), mencionaba que el Consejo General del Poder Judicial le había abierto diligencias. Concretamente, unas que estudia el promotor de la Acción Disciplinaria del CGPJ, Ricardo Conde, tras las denuncias elevadas por el propio ministro de Justicia ante el órgano de los jueces el 4 de junio y el 29 de julio.
«Ahora lo que le pido es agilidad. Que resuelva cuanto antes esas quejas», reclamaba Bolaños. Desde el equipo ministerial se afanaban después en especificar que estas palabras, pidiendo celeridad al CGPJ, hacían referencia a las denuncias interpuestas por Bolaños contra el juez y no al procedimiento judicial en sí, pues esta es una materia sobre la que el órgano colegiado no tiene capacidad de actuación.
El interrogatorio en Moncloa
Dichas quejas llegaban después y con motivo del tenso interrogatorio de Juan Carlos Peinado a Félix Bolaños, desarrollado a mediados de abril en la Moncloa, a cuenta de su posible papel en la contratación de Cristina Álvarez, la asesora de Gómez. Una figura clave en el presunto delito de malversación por el que se investiga a la mujer del presidente del Gobierno, en tanto en cuanto esta podría haber realizado trabajos que afectaban a la actividad privada de Gómez, sobrepasando las funciones públicas vinculadas a su puesto.
Bolaños defendió entonces que no participó en su nombramiento. Además, tras filtrarse el careo a la prensa, se conoció que el juez Peinado le reprochó que respondiera titubeante a sus preguntas y mostró su «incomprensión» porque desconociera quién era el responsable directo de Cristina Álvarez. Tras esto, el magistrado elevó sin éxito una petición al Tribunal Supremo para que investigase por falso testimonio y malversación al ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes. En su exposición razonada, el instructor creía que el ministro pudo «participar» siendo secretario de Presidencia en el nombramiento de Cristina Álvarez y controlar su labor y gastos. Además, le acusaba directamente de haber «omitido con reticencias maliciosas las correctas contestaciones que respondieran a una verdad que conocía cuando se le preguntó como testigo y bajo juramento» cuando le interrogó el 16 de abril.
Algo más de un mes después, el 4 de junio, Bolaños presentaba una primera queja ante el CGPJ. El 29 del mes siguiente una segunda. Sin embargo, estas no se conocieron hasta el auto del 18 de agosto, con el que Peinado imputaba a Begoña Gómez el delito de malversación, y en el que el magistrado afirmaba que había recibido una comunicación de Ricardo Conde, por medio de la cual también había conocido que el Supremo había decidido archivar la exposición razonada que él mismo había elevado con la intención de que se investigara a Bolaños.
Fuentes del Ministerio de Justicia confirmaban a finales de agosto las denuncias contra el juez, trasladando que estas respondían a la intención de «informar sobre las irregularidades cometidas por Peinado en relación con su declaración como testigo y la posterior exposición razonada elevada al Tribunal Supremo». Unas sobre las que el ministro de Justicia conminaba este viernes al CGPJ a pronunciarse «para preservar el buen nombre de la Justicia en nuestro país».
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