La Audiencia Nacional asume la investigación del naufragio del Villa de Pitanxo

Para Moreno, por contra, no existe una clara previsión legal y/o jurisprudencial que aborde la casuística producida en estos hechos que pueda conducir a una determinación de la competencia clara y determinante, si no que pueden suscitarse interpretaciones de distintos signo. Considera que de acuerdo al principio de «ubicuidad» definido en un acuerdo del pleno no jurisdiccional del Tribunal Supremo, la competencia radicaría en el juez que primero haya iniciado las actuaciones procesales con el fin de evitar dilaciones indebidas. Y ese juez es él.

De este modo, para evitar «inciertas y posibles» cuestiones de competencia con distintos juzgados y que de ese modo, la investigación se alargue más de lo debido, «procede mantener la competencia» de la Audiencia Nacional.

El caso acabó en los Juzgados Centrales después de que la Guardia Civil presentase atestado apuntando indicios de delito. En un primer momento, la Audiencia Nacional remitió el caso a un juzgado de Marín, en Pontevedra, por entender que era su competencia al tener el pesquero pabellón español y ser ese su lugar de amarre. Aquel juzgado devolvió el asunto al punto de partida considerando que los hechos cometidos en el extranjero eran competencia de la Audiencia Nacional. Y en ese momento, el juez Moreno y la Fiscalía resolvieron practicar algunas diligencias urgentes y necesarias para no causar una dilación en la investigación, antes de decidir qué pasaba con la competencia sobre el tema.

Se tomó así declaración tanto al patrón de la nave, imputado por homicidio imprudente y delitos contra los trabajadores así como por falsedad documental. También escuchó a su sobrino y al marino Samuel Kwesi, en calidad de testigo. Fue él quien contó que el naufragio tuvo que ver con la decisión del capitán, quien no arrió los cables a tiempo provocando una zozobra que acabó anegando el motor. Cabe recordar además que ninguno de los 12 cuerpos recuperados en aguas de Canadá llevaban puesto el traje de supervivencia, como tampoco el propio Kwesi. El patrón y su sobrino, por contra, sí estaban equipados.