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Economía

Prejubilaciones a los 48 años para enterrar las últimas minas de carbón de Teruel

Gobierno y sindicatos cierran un preacuerdo ante la destrucción de empleo por la «transición energética» de Sánchez

Mineros aragoneses durante una manifestación para protestar por el cierre de minas F. S.

R. P.

Prejubilados a los 48 años o con 20 de cotización en el régimen de la minería y bajas incentivadas conforman la pieza clave del preacuerdo al que han llegado los sindicatos con el Gobierno para aceptar la destrucción de empleo que conllevará la «transición energética» diseñada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

El preacuerdo llega tras un tira y afloja entre los sindicatos mineros y el Gobierno, que al final ha encontrado como pieza clave las condiciones económicas de las que se beneficiarán quienes pierdan el trabajo en la mina.

En España hay poco más de 2.000 mineros, frente a los 46.000 que había trabajando en los pozos de carbón hace treinta años. En Aragón solo queda un centenar de mineros del carbón , según los últimos registros de afiliados a la Seguridad Social.

La «transición energética» abanderada por el Gobierno de Sánchez da la puntilla a los últimos pozos de carbón que quedan en la provincia de Teruel , que ven acelerado el horizonte de su desaparición. Y pone en el alero el futuro de la central térmica de Andorra, un auténtico pulmón de actividad productiva y empleo en esta parte de la provincia de Teruel.

Además de garnatizar condiciones ventajosas para la retirada anticipada de quienes pierdan su empleo en las minas, el acuerdo también incluye nuevos anuncios de planes y fondos públicos para la reconversión y reindustrialización de las zonas que verán desaparecer la actividad del carbón. El anuncio no es nuevo. Son programas que se vienen desarrollando desde hace treinta años, desde que empezó el cierre de minas, pero cuyos resultados han sido pobres hasta la fecha.

En el caso de Aragón, la comarca de las Cuencas Mineras da muestra de ello, al haberse convertido, en las últimas décadas, en una de l as más castigadas por el envejecimiento demográfico y la despoblación. Lo que antaño fue un territorio próspero en empleo y actividad económica ha pasado a convertirse en uno de los más despoblados de Aragón, proceso que se ha producido a la par que se han ido cerrando minas sin que los recurrentes planes de «reconversión» hayan logrado compensar el empleo perdido en el sector del carbón.

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