La Consejería aragonesa de Sanidad, que ya se gasta 100 millones al año en burocracia, crea otro ente más

Esta nueva unidad nace para encargarse de tareas que ya debían estar ejerciendo las múltiples unidades administrativas con que cuenta la Consejería de Sanidad y su Servicio Aragonés de Salud. Dice el Ejecutivo regional que el nuevo ente analizará y supervisará el gasto sanitario para que sea más eficaz y eficiente.

La orden de creación de esta unidad ha sido firmada por la consejera aragonesa de Sanidad, la socialista Sira Repollés. En términos legales, el nuevo ente está en vigor desde esta misma semana. La orden que ha firmado Repollés relata los cometidos que tendrá la unidad, pero no concreta el personal que la integrará y lo que costará . Es algo que en la orden de creación de esta unidad se deja totalmente abierto, para poder incorporar al personal que se estime conveniente de ahora en adelante.

A este respecto, la orden dictada por el Gobierno que preside Javier Lambán se limita a indicar que «la unidad contará con un equipo humano flexible y dinámico» . En un principio contará con «personal adscrito funcionalmente para el desarrollo de los proyectos de eficiencia del gasto farmacéutico y personal de apoyo administrativo», pero se contempla también la incorporación de nuevo personal «a través de cualquiera de las formas de provisión previstas por el ordenamiento jurídico». Es decir, se prevé que este nuevo ente conlleve la contratación de más empleados públicos . De hecho, la orden va incluso más allá y, además del personal de plantilla que tendrá esta nueva unidad, se prevé también «la colaboración de profesionales externos» .

El Ejecutivo regional justifica la creación de esta nueva unidad en la necesidad de analizar el funcionamiento de la Sanidad aragonesa, escrutar lo que cuestan sus servicios y suministros, proponer mejoras en la gestión e «introducir una nueva cultura que fomente la excelencia y la sostenibilidad» de la Sanidad pública aragonesa . Todo ello son competencias que, en sí mismas, le toca ejercer a la Consejería de Sanidad, que, de hecho, cuenta para ello con un nutrido aparato burocrático, altos cargos políticos, asesores y directivos.

Dejando a un lado el año 2020, en el que el Covid disparó el gasto sanitario aragonés, el coste medio ordinario de la Sanidad pública aragonesa ronda los 2.000 millones de euros anuales . De ellos, unos 100 millones es lo que cuesta el aparato burocrático de la Consejería . El resto es el coste de funcionamiento del Servicio Aragonés de Salud, cuya plantilla supone un gasto anual de 1.102 millones de euros. Además de la estructura burocrática de la Consejería de Sanidad, su Servicio Aragonés de Salud también cuenta con un nutrido aparato de cargos directivos y de libre designación para la gestión y supervisión de los servicios sanitarios y de sus costes.