El turismo de Andalucía teme por su viabilidad en invierno después del verano más largo

Las cifras de ocupación son de récord. «Andalucía ha estado en estos dos últimos meses sobre el 70 por ciento de ocupación. Ha sido un septiembre y un octubre muy buenos» , explica Miguel Sánchez, presidente del Consejo de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), quien añade que los hoteleros están en datos parecidos a los que había antes de la pandemia.

Y la racha sigue. « Los asociados nos comentan que nunca se ha tenido un noviembre como este» , explican en la Asociación de Hoteleros de Sevilla (AHS), donde los datos serán mejores que en el litoral andaluz con la conclusión de la temporada de playa. En Málaga se espera una ocupación media del 71,88% en este mes. El porcentaje sube en Málaga capital al 76,99% por la oferta urbanita que desarrolla con cultura o congresos en lugares como El Gran Hotel Miramar. Sin embargo, baja 18 puntos en diciembre. Ya se han empezado a cerrar los hoteles de temporada. Hasta 31 hoteles han clausurado sus puertas, que corresponden a un 18% por ciento de los asociados en la Costa del Sol .

En la costa, en los últimos meses del año, se prevé una ocupación media que ronda el 50%, mientras que para diciembre el porcentaje cae a un 40%, incluso en el puente los datos de ocupación no se acercan a los que han tenido en septiembre y octubre. « El buen clima está siendo decisivo para mantener la demanda, si bien es cierto que estamos notando una ralentización de los mercados internacionales» , lamenta el presidente de los hoteleros de la Costa del Sol, José Luque.

Esta asociación asegura que el sector no ha logrado recuperarse de la crisis que ha traído la pandemia, en parte porque los británicos, que son el principal cliente, no acaban de llegar al destino, pese al aumento de los nacionales. «Nos preocupan los datos. Si la demanda no se recupera es posible que cerremos el año con un mayor número de establecimientos cerrados que en 2019 », teme José Luque. Pero no es igual en todo el territorio. Cuando el litoral está teniendo este problema, el interior y el turismo rural, está al alza.

Tanto es así, que El Lodge, un hotel boutique de Gran Lujo en Sierra Nevada, ya ha anunciado su apertura para el 1 de diciembre esperando llenar sus habitaciones de clientes que suban a esquiar y a disfrutar de la montaña. El destino ya puso a funcionar sus cañones nieve con afán de adelantar la temporada , ante las buenas previsiones para este tipo de enclaves.

Es igual en las casas rurales o en los hoteles de los municipios de interior, así como en ciudades como Sevilla o Córdoba, donde ahora empieza su temporada alta de visitantes buscando un vasto patrimonio cultural. «Lo que se pierde en la costa ahora se gana en las zonas más urbanas. El litoral ha tenido un octubre y septiembre estupendo, pero ahora los destinos más urbanos van a funcionar mejor» , afirma Miguel Sánchez, quien explica que se ha reactivado la economía y la movilidad con los congresos, el turismo cultural y los circuitos. «El que no está llegando es el cliente que venía por touroperación. No termina de arrancar», lamenta Miguel Sánchez.

Los eventos están siendo claves en Sevilla. «Hay muchos, tanto grandes como pequeños, que han hecho que haya buenas sensaciones», afirman desde la patronal hotelera de la capital hispalense, donde explican que eventos como el Tourism Innovation Summit han dejado la llegada de más de 5.000 personas a la ciudad para recuperar unos datos golpeados por la crisis. La ocupación se ha situado en los rangos como los que se tenía antes de la pandemia.

Sin embargo, la Asociación de Hoteleros Sevilla (AHS) incide en que hay otros peligros mientras se espera que haya «una Navidad estupenda». Desde la asociación de Sevilla señalan que se han recobrado las visitas, pero no los precios que se tenían por habitación antes de la pandemia. Ahora se paga menos por el alojamiento. « Es normal, primero hay que recuperar los clientes y luego los ingresos por el hospedaje» , aseveran a ABC desde esta patronal.

Entre los empresarios de Sevilla empieza a haber preocupación por el alza de precios en los gastos corrientes de cada empresa . Es algo general, puesto que a los proveedores les cuesta más hacerse con los productos y eso lo trasladan al precio que cobran a los hoteles, que no pueden subir sus habitaciones para compensar. A eso se suma la subida de la luz, el gas o el combustible, que también afecta de una forma importante a este tipo de negocios.

«El otro día un propietario de un hotel de cuatro estrellas en Sevilla nos dijo que en octubre de 2020 había pagado 14.000 euros de factura de electricidad, mientras que en el mismo mes de este año había tenido que abonar 31.000 euros», señalan en AHS, donde temen que este incremento del gasto corriente «empiece a ahogar los márgenes que tienen las empresas» , ya que suben los gastos sin que se recuperen los ingresos al nivel que estaban en 2019.