Ábalos visita a Susana Díaz en el PSOE andaluz en plena ofensiva de los críticos, mientras ignora a la Junta

Otra borrasca no menos intensa ocupaba ayer tarde su interés. La que arrecia desde hace meses en la todopoderosa federación socialista , donde crece la presión de los críticos para que la lideresa «haga un Iceta» y descarte presentarse a las primarias que se celebrarán entre los militantes a finales de este año. El último en mostrarle con sutileza la puerta de salida ha sido el vicepresidente primero del Congreso y diputado por Sevilla, Alfonso Gómez de Celis, al alabar «la altura de miras» y la «generosidad» del primer secretario del PSC por renunciar a su candidatura en las elecciones catalanas en favor del ministro Salvador Illa.

El motivo del encuentro oficioso de Ábalos, solicitado hace semanas por Díaz, era abordar las infraestructuras de Andalucía que recogen los Presupuestos Generales del Estado para 2021 que el Congreso aprobó hace casi mes y medio. «Ésa es la razón del encuentro, que además estaba previsto el miércoles de la pasada semana, per o cayó la nevada y hubo que aplazarlo ; otra cosa es que tomando un café hablen de la familia o del congreso», afirman en el círculo de la jefa de la oposición, mientras el ruido de quienes piden una renovación sigue subiendo en decibelios.

Otras fuentes socialistas consultadas, en cambio, apuntaron que Ábalos no fue sólo a hablar de números y cuentas, sino para tratar asuntos internos del PSOE, como la convocatoria del congreso federal en octubre y el disputado cónclave regional al final del año. En un intento por rebajar la tensión y contradecir a los críticos, el portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Socialista, Rodrigo Sánchez Haro, puntualizó que las situaciones de Iceta y Díaz son «totalmente diferentes». El dirigente catalán «no ha renunciado a la Secretaría General», pero sí ha decidido no presentarse como candidato a presidir la Generalitat.

Susana Díaz, en cambio, quiere optar de nuevo a la secretaría general y repetir como candidata a la Junta, aunque, más allá de sus incondicionales, cada vez son menos los que apuestan por su continuidad. Dan por finiquitado el ciclo del susanismo tras perder la Junta de Andalucía. En el aparato federal no terminan de creerse la entrega de Díaz a la causa sanchista y tampoco le perdonan que orquestara la más dura de las ofensivas que se recuerdan en el partido contra su liderazgo en el congreso de 2016.

El acto era de partido y Ábalos acudió en su condición de secretario de Organización del PSOE federal y hombre fuerte de Pedro Sánchez. Por si cabía alguna duda sobre las razones de su visita, la agenda aportaba algunas pistas. ABC la pidió sin éxito al Ministerio. El encuentro con Díaz, que bajó desde su despacho para recibirlo en la puerta a las 19.05 horas, no figuraba en la agenda oficial del Gobierno ni se convocó a la prensa, aunque hubo filtraciones. A alguien debió de parecerle interesante que trascendiera. Sin embargo, con él acudió una amplia comitiva ministerial. Lo acompañaban dos secretarios de Estado, su jefe de gabinete y la delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García.Fuera, en las inmediaciones de la sede, había desplegadas patrullas y apostados seis agentes de la Policía, dos de paisano.

El número dos del PSOE federal amoldó su agenda para reunirse con Díaz en el partido y hoy ejercerá de ministro en otro encuentro, este oficial, con el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, precisamente uno de los hombres que sueñan en la carrera sucesoria del PSOE-A. Con él firmará un protocolo para el desarrollo de la Agenda Urbana Española y anunciará la construcción en Sevilla de viviendas destinadas al alquiler.Otros proyectos, en cambio, no verán la luz, como los túneles de la SE-40 para unir el tramo de Coria con Dos Hermanas, que su ministerio considera irrealizable.

Tampoco hay hueco en la agenda de José Luis Ábalos para abordar con la Junta esta y otras infraestructuras pendientes del Gobierno. Se lo recordó la consejera de Fomento, Marifrán Carazo (PP) , quien lamentó que ha solicitado reunirse con él «en más de tres ocasiones», pero ha preferido entrevistarse con Susana Díaz en la sede de su partido antes que citarse con la responsable autonómica. Cuestión de prioridades... y de siglas.