Andalucía: Un futuro con más olas de calor y jornadas por encima de 40 grados
En el peor escenario planteado por los expertos, las temperaturas suben más de seis grados centígrados. El calentamiento global afectará al umbral en el que se sitúa la declaración de un episodio de calor extremo
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Iniciar sesiónEl fin de semana del puente de agosto hace calor . Es una máxima que se cumple todos los años pero este se han superado los récords históricos. Los termómetros rompieron todas las marcas y en Córdoba se anotó la temperatura más alta ... jamás registrada en España: 47,4 grados centígrados , que se dieron en la localidad de Montoro. Las olas de calor, avisan los expertos, no irán a menos. Antes bien, se espera que en el futuro aumenten las jornadas por encima de 40 grados en Andalucía.
Este episodio de calor extremo que se dio en torno al 15 de agosto en toda Andalucía se produce cuando en algunos puntos de la comunidad se había dejado sentir un verano ‘fresco ’ para que lo que suele darse. Sin embargo, Luis Fernando López Cotín , delegado territorial en Andalucía, Ceuta y Melilla de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), desmiente esta sensación: «El verano sí que ha podido parecer algo menos caluroso en julio en Sevilla, pero habría que preguntar por ejemplo en Málaga ».
Lo que apunta López Cotín es que la sensación de calor es algo muy relativo que depende de condiciones locales. ¿Ha hecho calor este verano en Andalucía? Hay que ver por territorios. En Sevilla, hasta la ola de calor, no mucho. « Pero en Málaga por el viento del terral, sí que ha hecho calor, más que otros años », aclara el meteorólogo.
En todo caso, la predicción de la Aemet para Andalucía este verano hablaba de temperaturas altas. Más altas de lo normal, puntualiza López Cotín . De media, se cumple porque además, adelanta el delegado de la Aemet en Andalucía, el mes de agosto se espera que acabe también por encima de lo habitual .
Esta tendencia de elevadas temperaturas, añaden los expertos, no será algo puntual. Es una tendencia sostenida en el tiempo que provoca que, en el futuro, haya más jornadas por encima de 40 grados en la comunidad. «Ahora hay más olas de calor que hace años y se incrementarán» , indican.
¿Por qué este aumento? Por el cambio climático, apuntan los meteorólogos. « En el marco del calentamiento global sí se apunta a que habrá más días que superen los umbrales que determinan que se está ante una ola de calor», explica López Cotín, quien pone énfasis en el concepto de «umbral».
No es lo mismo, señala el delegado de la Aemet en Andalucía, el máximo de calor en Écija que en la sierra de Grazalema . El calor y las olas de altas temperaturas son relativas al territorio donde se analizan. Si en Sevilla se pasa de 35 grados durante muchos días, no es una ola de calor. Si pasa en una localidad normalmente más fresca, sí.
Calentamiento global
El calentamiento global «se refleja como indica su nombre indica, en todo el globo», advierte López Cotín. «El calentamiento global es un fenómeno», explica Cotín, que lleva «décadas desarrollándose». Está asociado al incremento de dióxido de carbono en la atmósfera y otros gases de efecto invernadero. Y esos gases tienen un efecto inmediato en el clima: más calor.
¿Y qué dicen los modelos de predicción de la Junta para el futuro climático de Andalucía? Según la Oficina Andaluza Cambio Climático , órgano dependiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, los meteorólogos plantean varios escenarios que van del más optimista al más pesimista.
En el segundo caso, se prevé que en Andalucía suban las temperaturas hasta seis grados y medio con una disminución de las precipitaciones que podría alcanzar el 17 por ciento. En la proyección menos catastrofista se mantiene la previsión de que hará más calor pero el aumento se limita a 3,6 grados y las lluvias serían, aproximadamente, como las que se registran ahora mismo en la comunidad.
El aumento de más de seis grados que propone el escenario más negativo supondría, señalan desde la Junta, el aumento de las zonas desérticas y una «simplificación drástica de las unidades bioclimáticas, quedando todas las variantes húmedas e hiperhúmedas como residuales, y disminución de los climas continentales y subcontinentales en todas sus clases, quedando marginadas a las zonas que ocupan actualmente la media y alta montaña».
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