Los andaluces prefieren la sanidad pública para curar un cáncer y la clínica privada para un catarro

El nivel de valoración de los ciudadanos de esta comunidad autónoma está a años luz de la percepción de los asturianos y vascos (82,2%) o de los navarros (80,5%), donde el gasto por habitante en sanidad es superior. Pero también merece mejor opinión la sanidad a los extremeños (67,3%).

En la encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para el Ministerio se pide que califique en una nota del 1 al 10 el nivel de satisfacción. El 1 significa «muy insatisfecho» y el 10, «muy satisfecho». Sólo el 17,8 por ciento le dan un suspenso en Andalucía, pero es la comunidad donde esta visión pesimista tiene más predicamento.

El barómetro arroja más curiosidades. Por ejemplo, uno de cada tres andaluces (32,4%) prefiere pasar consulta con el médico de familia en una clínica privada . Sólo en Baleares y Canarias suscita más adhesiones este sistema frente a la sanidad pública.

El CIS solicita a los encuestados que identifiquen los problemas que deberían ser solucionados. El 86,4 por ciento de los andaluces señalan como principal preocupación las listas de espera para ser atendidos . Se sitúa, en todo caso, en la media nacional.

Para el 68,1 por ciento de los andaluces, la masificación de las urgencias de los hospitales es otro escollo que hay que resolver. En menor grado, el 41,6 por ciento de los encuestados se quejan del poco tiempo que dedican los médicos a los pacientes en las consultas.

A quienes tienen contratado un seguro privado, el CIS le pregunta cuáles son los principales motivos de esta decisión. El 83,7 por ciento de los andaluces responde que son atendidos con más rapidez que en la sanidad pública, pero sólo el 27,3 por ciento cree que la asistencia es mejor.

En el caso de que demandaran una urgencia médica como, por ejemplo, si su hijo presentara una fiebre muy alta , dos tercios de los andaluces prefieren acudir a una clínica privada en lugar de un centro público. Pero si tuviera que tratarse de una enfermedad grave como un cáncer o una operación de cadera, en cambio, la mitad optaría por un hospital público.