El alza del salario mínimo y la luz amenazan al turismo de Andalucía, que no termina de despegar

El turismo malagueño ha dado la voz de alarma frente a las optimistas perspectivas lanzadas por las instituciones públicas en cuanto a la recuperación de su sector.Es cierto que el verano se ha salvado en parte gracias únicamente a la presencia de turistas nacionales, pero el otoño no pinta bien. Están más contentos de lo que esperaban con la primera quincena del mes, pero pronto los propios empezarán a escasear y los visitantes internacionales, el principal maná del que vive la economía de la Costa del Sol , sigue siendo una incertidumbre.De hecho, exigen que los ERTE se prorroguen hasta la Semana Santa de 2022.

Pero no es ya sólo que el mercado siga sin funcionar año y medio después de que se declarara la pandemia del Covid-19. Las restricciones a la movilidad siguen siendo el principal problema para el sector, en efecto. Pero si a la depauperada situación económica que viven los empresarios —muchos de ellos han estado en torno a diez meses con sus establecimientos cerrados a cal y canto— se le añade un drástico alza de los costes, el futuro se torna mucho más negro.

Esto es lo que está pasando ya con el imparable aumento del recibo de la luz, pero también lo que puede ocurrir con la subida recién concretada del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) , una de las promesas del Gobierno de Sánchez.

En realidad, buena parte de las actividades económicas relacionadas con el sector servicios no se ven directamente afectadas por este incremento del SMI. ¿Por qué? Pues porque sus trabajadores, según convenio, tienen sueldos bastante más altos de lo que dicta ese índice. «En mi hotel nadie gana menos de 1.300 o 1.400 euros», afirma a este periódico Agustín Hernández, propietario del Natalí de Torremolinos, de tres estrellas.

En la hostelería pasa lo mismo. Aunque en octubre de 2020, ya atropellados por el virus, patronal y sindicatos pactaron una congelación de los salarios, estos siguen estando muy por encima del SMI. Sin embargo, los empresarios temen que este incremento sí termine dándoles de lleno aunque sea con un efecto dominó. «La subida del SMI sí va afectar a los trabajadores de muchas de nuestras empresas proveedoras. Y esto, al final, repercutirá seriamente en lo que nos cobran. Hubiera sido mucho más sensato esperar a la recuperación económica total para plantearse estas medidas», aseveran desde Aehcos, la patronal hotelera.

En Mahos, la asociación de los propietarios de bares , también se advierte de lo mismo. Y están asustados ante una espiral inflacionista que no se sabe a dónde llegará. «Sube la luz, sube el SMI, suben las materias primas, el gasto en transporte; la carne y el pescado se han disparado, y esto, lógicamente, termina afectando a las cuentas de unas empresas que han bajado su facturación entre un 20 y un 25% con respecto a un año normal. Y además, las ayudas prometidas no terminan de llegar ni en tiempo ni en cantidad», recuerdan desde la patronal. Por ello, exigen una eliminación total de restricciones en la actividad hostelera.

Porque esa es otra: las ayudas . En todos los subsectores de actividad consultados por ABC hay unanimidad.No llegan. «Yo sólo he cobrado de la Junta de Andalucía cuando saqué a mis empleados del ERTE y me comprometí a mantenener empleo durante seis meses», dice ManuelVillafaina, dueño del chiringuito Los Manueles y presidente de la asociación que agrupa a los empresarios playeros. De los famosos y polémicos 1.100 millones concedidos a Andalucía por el Ejecutivo central, casi nadie conoce a algún perceptor. «Es una tramitación lo suficientemente farragosa y laberíntica como para que verdaderamente puedan llegar las ayudas», afirman varios empresarios.

La Confederación de Empresarios de la provincia de Cádiz ya ha alertado de la repercusión en las empresas de la subida de los precios de la electricidad, «que impactan directamente en nuestra línea de flotación y ponen en riesgo la estabilidad y competitividad a corto y medio plazo», señaló su presidente, Javier Sánchez Ro jas.

El encarecimiento generalizado en los costes de la energía, «pone en serio riesgo la supervivencia de muchas empresas que precisan de su uso», destacó, poniendo como ejemplo los miles de negocios que necesitan climatización o frío industrial constante. El sector hotelero y hostelero será de los más afectados. La bajada de IVA en el recibo de la luz es «bienvenida, pero apenas tendrá efecto porque el sobrecoste del precio del kilovatio/hora es muy superior a esta reducción. Si a ello se le añade el aumento de los costes de producción y de los impuestos que deben seguir asumiendo las empresas, la reducción significativa de los márgenes empresariales es un hecho constatado», reitera Sánchez Rojas.

«Nuestras empresas ya nos están alertando de que el incremento de los costes de la tarifa de la luz no les va a permitir hacer nuevas contrataciones de personal. Algunos incluso confiesan que se van a ver con dificultades para poder mantener los actuales niveles de empleo», sostiene Sánchez Rojas.

Por último, Javier Sánchez Rojas aseguró que las subidas del SMI no tienen en cuenta las diferencias de coste de vida entre re giones, ni las actividades profesionales, ni siquiera si el sector es privado o público. Frena la contratación, mientras incentiva una nociva economía sumergida», concluye el representante gaditano de la patronal.