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Otra sequía sorprende (de nuevo) a Andalucía con las obras por hacer

La falta de agua añade otra amenaza para la economía en plena crisis y se convierte ya en arma arrojadiza política

Amén de medidas paliativas, las nuevas infraestructuras sólo aplacarán la sed del próximo ciclo, dentro de unos años

Imagen del pantano de Aracena que se encuentra bajo mínimos Brazo mena
Juan J. Borrero

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La gestión del agua, como un bien escaso del que depende buena parte de la economía andaluza, va a marcar la agenda del nuevo Gobierno de Juanma Moreno. El presidente lo había previsto al otorgarle rango de consejería entre las competencias de Agricultura y el ... Desarrollo Rural. No la incluyó en la nueva consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, como hubieran hecho gobiernos de otro signo político que encaran el problema desde un ideario ecológico. El agua no tiene sabor, ni color, ni ideología, sostiene la consejera Carmen Crespo; para la Junta de Andalucía el agua es un componente básico del desarrollo económico y social. No hay agua porque no llueve y porque en donde más se necesita no se ejecutaron en los años de bonanza de precipitaciones las infraestructuras necesarias para optimizar al máximo la gestión de este recurso escaso que se sigue malgastando.

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