el rocio 23

El Rocío 2023 estará marcado por el 30 aniversario de la visita del Papa Juan Pablo II

El pontífice visitó a la Blanca Paloma el 14 de junio de 1993

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Juan Pablo II ante la Virgen del Rocío haretón

El Papa Juan Pablo II visitó a la Virgen del Rocío el 14 de junio de 1993, hace treinta años. Acudió a la Aldea como un peregrino más. Estuvieron miles de visitantes, unos 25.000, que esperaban su llegada en la puerta del santuario. ... Llegó en helicóptero ante unas fuertes medidas de seguridad. Era recibido por el capellán, el alcalde de Almonte y el hermano mayor de la hermandad matriz. El reloj marcaba las siete de la tarde.

Entre aplausos y vítores pisó las arenas Juan Pablo II: «Viva la Virgen del Rocío!», «¡Viva la Blanca Paloma!», «¡Viva el Papa rociero!». Se postró durante varios minutos a las plantas de la Virgen del Rocío.

Bendijo uno a uno los simpecados de todas las hermandades, estando todos en el interior del templo. Seguidamente, se asomó a uno de los balcones del santuario. Se oía: «¡Qué poderío, el Papa en el Rocío!». Mucha emoción y expectación despertó su visita.

Se dirigió a los fieles así: «Es para mí motivo de honda alegría y de acción gracias culminar mi visita apostólica a la Diócesis de Huelva peregrinando a estas marismas en las que la Madre de Dios recibe, en la romería de Pentecostés e incesantemente durante todo el año, el vibrante homenaje de devoción de sus hijos de Andalucía y de muchos otros lugares de España. A esa multitud incontable de romeros, he querido reunirme hoy, ante esta bellísima imagen de la Virgen , para venerar a nuestra Madre del cielo».

Continúo diciendo: Queridas hermanas y hermanos rocieros, me siento feliz de estar con vosotros en esta hermosa tarde, aquí, en este paraje bellísimo de Almonte y ante este bendito Santuario, en el que acabo de orar por la Iglesia y por el mundo. Antes de bendeciros, alabemos juntos a María : ¡Viva la Virgen del Rocío!, ¡viva la Blanca Paloma!, ¡que viva la madre de Dios! Los aplausos interrumpieron varias veces el discurso: «Se ve que lo decís de verdad, se ve con este aplauso».

El Papa Juan Pablo II, de manera imprevista, dijo como cierra del discurso: «¡Que todo el mundo sea rociero!». Nada jamás, se ha referido como el sumo pontífice de este modo a la patrona de Almonte. En ese instante, los rocieros comenzaron a gritar «Ole, ole y ole», dando paso al rezo de tres Ave María y la salve de la Virgen.

Para finalizar, volvió a bendecir los simpecados, rezó de nuevo ante la Virgen del Rocío. Un año más tarde era colocado un azulejo por tal acontecimiento en el interior de la iglesia y otro en el balcón, denominado del Papa. Más tarde, en 2002, era colocado un busto de Juan Pablo II.

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