Los puntos clave para ver la procesión de la Virgen del Rocío

El horario de salida se desconoce ya que suele ser en la madrugada pero cuando los almonteños estén preparados. Entonces se producirá el salto de la reja 2024 y entre aplausos y vítores, la Reina de las Marismas comenzará a visitar a sus peregrinos y fieles.

Pese a la multitud que congrega la Virgen del Rocío hay determinados lugares que son especiales para poder contemplar la procesión.

La salida suele estar muy concurrida y, aunque nunca estará sola o con poca gente, en los alrededores de la hermandad de Huévar, una de las primeras paradas, es un buen momento para verla. Normalmente, reciben a la Señora de Almonte con una gran petalada. Esa estampa impresiona, de noche, con la marisma cerca, toque de campanas y un júbilo indescriptibles que no deja indiferente a nadie.

Otro punto en el que se dan cita múltiples hermandades que no tienen casa hermandad en el entorno de la Ermita o aún no tienen casa de hermandad es la plaza del Acebuchal. Distintas hermandades, con sus Simpecados, se acercan hasta este punto para esperar a la Virgen, cantarle y aplaudirle por haber llegado hasta ellos. Este lugar es bastante extenso y la Blanca Paloma para ante muchos puntos, por lo que es un espacio con múltiples posibilidades para verla bien.

Un lugar emotivo aunque con mucha gente desde temprano es la casa de las camareras o camaristas, en El Real. Tienen el privilegio de subirse al paso y rezarle la Salve teniendo su rostro muy cerca y con mucho ímpetu para que el resto de fieles la siga. Aplausos, vivas, piropos,… se escuchan de forma sucesiva en estos momentos. En El Real, también se encuentra la hermandad de Triana y el fervor aquí se multiplica cuando va llegando la Virgen.

Y otro punto estratégico es la plaza de Doñana, un lugar amplio y muy bonito en el que contemplar el paso de la Virgen.

La hermandad de Huelva concentra a muchos devotos y romeros en sus alrededores. Si sorprende cómo entra en el Rocío el viernes por la noche, más aún el día de la procesión cuando la Virgen los visita. Cantes, oraciones, lágrimas de emoción y un estado de júbilo supino para recibir a la Reina de las Marismas.

La entrada, que tampoco tiene hora definida, aunque suele ser alrededor del mediodía, es el último momento para ver a la Virgen en la calle. La explanada que precede la puerta de entrada suele tener menor aglomeración que a la salida aunque también está llena. Eso sí, ahí ya es de día y la estampa es diferente a la del momento de salir. La emoción embarga a todo el que se acerca a este punto porque saben que en cuestión de minutos el sueño que llevan esperando un año se termina y comienza una nueva cuenta atrás para el ansiado Lunes de Pentecostés.