Comienza el rosario de las hermandades previo a la procesión de la Virgen del Rocío

La plaza de Doñana vuelve a ser el lugar en el que los romeros de las 127 filiales se dan cita para comenzar este clásico rito en el que participan todas las hermandades por orden inverso de antigüedad, es decir, de las más nuevas a las más antiguas. Así, las primeras en ponerse en marcha con sus simpecados esta noche han sido Torremolinos y Montequinto, que se estrenaron como filiales en la pasada romería.

La oscuridad de la madrugada de Pentecostés en la aldea almonteña se ve rota solamente por las mágicas luces rojas y verdes de las bengalas con las que los peregrinos de las diferentes hermandades van iluminando el camino mientras se rezan varios rosarios, tantos como son necesarios para que el total de las filiales puedan completar el recorrido y pasar por delante de la ermita y presentarse con su simpecado delante de la Virgen del Rocío antes de la esperada procesión.

Una procesión que no debería dar comienzo ―aunque en los últimos años se ha precipitado por el ferviente anhelo de los portadores de la patrona de Almonte― hasta que todas las hermandades hayan desfilado ante el santuario, terminando con la entrada del simpecado de la Matriz en el mismo para entonarse la salve frente a la Santísima Virgen.

Este año, el rosario cuenta con importante novedades introducidas por la hermandad Matriz, que es la que organiza y preside tanto este como el resto de actos de la romería. Para empezar, las hermandades están citadas a diferentes horas en función de cuándo comience su participación en el rosario con el fin de que no tengan que pasar tanto tiempo esperando, especialmente las que salen las últimas.

Además, en lo que respecta al recorrido del rosario, se ha establecido en la nueva normativa que los romeros de las filiales, después de pasar con su simpecado frente al de Almonte, deben girar a la izquierda en la plaza de Doñana rumbo a la parte trasera de la casa de la hermandad de Huelva hasta la calle Almonte, siguiendo desde ahí el itinerario clásico por la calle Moguer y la explanada de la ermita. En el momento de pasar por la puerta del mismo, los simpecados seguirán girando para presentarse ante la Virgen del Rocío, pero no se inclinarán, de forma que no se detenga el flujo de peregrinos en ningún momento.

De esta manera, tal y como explicó a ABC el presidente de la Matriz, Santiago Padilla, estas modificaciones contribuirán a dar fluidez al acto y a acortar «el recorrido de las hermandades para llegar al santuario, como se había solicitado por las propias filiales. Eso no significa que la Virgen salga antes, sino que el acto será más llevadero para la gente que participa en el mismo». Un acto que vuelve a conducirnos una vez más hasta la salida procesional de la Reina de las Marismas.