Las reservas de agua de los embalses andaluces crecen un 36% y ganan 1.200 hectómetros cúbicos

Estos datos rebajan la presión existente durante los últimos meses en torno a la sequía y, sobre todo, permiten a la comunidad autónoma afrontar con garantías el cierre del año hidrológico y los momentos más delicados como son el verano y el otoño, periodos sin apenas lluvias y en los que se produce especialmente en algunas zonas de Andalucía un incremento de la población, y por tanto del consumo, y una subida de las temperaturas, que provoca una disminución más acelerada de las reservas. En febrero, cuando se aprobó el cuarto decreto de sequía, se planteó que para conseguir una situación de mejoría sensible que frenara las medidas drásticas y las restricciones sería necesario que una lluvia equivalente a 30 días de forma continuada. Prácticamente, se ha cumplido una previsión que se consideraba inviable hace sólo unas semanas.

De ahí, que el presidente andaluz, Juanma Moreno, haya anunciado ya la renuncia a algunas de las medidas que se habían planteado en las últimas semanas y que en el mes de febrero parecían inminentes, como el caso del traslado de barcos con agua potable desde Murcia al Puerto de Málaga, el único de los tres programados (junto a Algeciras y Carboneras) que llegaría a tiempo para su adecuación este verano. Habrá otras medidas de alivio aunque en este caso habrá que esperar a las próximas reuniones de los comités de sequía de cada una de las demarcaciones de competencia autonómica (Mediterránea, Tinto-Odiel-Piedras y Guadalete-Barbate).

No obstante, la mejora de las reservas va por zonas. La cuenca del Guadalquivir es la que ha tenido una mejor evolución en el último año y especialmente en la última semana. Dependiente del Gobierno de España, abastece a una población de casi 4 millones de personas repartida por Sevilla, Córdoba, Granada, Jaén y parte de Huelva. Tiene ya 3.460 hectómetros cúbicos, mil más que hace una semana y está ya en un 43% de capacidad. Hace un año se encontraba al 25%.

La segunda cuenca en cuanto a capacidad es la correspondiente a la Demarcación Hidrográfica Guadalete-Barbate, con incidencia en la zona de Cádiz y dependiente de la Junta de Andalucía. Podría albergar hasta 1.651 hectómetros cúbicos y, sin embargo, sigue en 448,94, algo por debajo del mismo periodo del año anterior. Ha crecido en más de 96 hectómetros cúbicos, pero el aumento aún sigue siendo insuficiente. Y, por tanto, la situación se mantiene como delicada. A esta demarcación pertenece por ejemplo el Campo de Gibraltar, donde municipios como La Línea de la Concepción llegaron a tener restricciones de agua y ayer mismo se sumó Jimena de la Frontera.

La segunda cuenca en cuanto a tamaño e importancia estratégica es la Mediterránea, que abastece Málaga y Almería. En este caso, pese a las últimas lluvias, sigue en un 27% de su capacidad con 315 hectómetros cúbicos de agua de los 1.152 de capacidad. La mejoría en las últimas lluvias ha sido de 56 hectómetros cúbicos pero aún así sigue un 30% por debajo del mismo periodo del año 2023. De ahí que la Junta de Andalucía incida en la prudencia especialmente en esta parte del territorio andaluz que afronta su periodo de máxima afluencia turística con menos reservas que en 2023. Aún así el crecimiento de estas semanas permite dar las suficientes garantías para no tener que recurrir a medidas extremas.

Por último, la cuenca del Tinto-Odiel-Piedras y Chanza, con 1.138 hectómetros cúbicos de capacidad. Se encuentra ya al 48,75% tras crecer en 69 hectómetros cúbicos en los últimos días y ha conseguido que sus reservas ya superen al mismo periodo de 2023.

Estos datos justifican la segunda parte del mensaje lanzado ayer por la Junta de Andalucía: la «prudencia«. El Gobierno andaluz mantenía hace semanas cierta tranquilidad por la evolución de los embalses de la cuenca del Guadalquivir, dependientes del Estado. Y su preocupación estaba centrada en las zonas de Málaga, Almería y el Estrecho de Gibraltar.

Junto a esto, el Gobierno andaluz mantiene el compromiso de seguir adelante con las infraestructuras comprometidas en los decretos de sequía y que están en la mesa de negociación con el Gobierno de España. También el Ministerio de Transición Ecológica sigue adelante con estas iniciativas. La explicación está en los análisis que los distintos departamentos llevan realizando desde hace meses: la sequía es estructural mientras que precipitaciones como las que se han producido en los últimos días tienen un carácter extraordinario.