«Torcuato Fernández-Miranda estaría horrorizado con el ascenso de los populismos»

El autor, jefe del área de España de ABC , ha desgranado cómo la doble faceta como catedrático y político de Fernández-Miranda fue esencial para construir el engranaje que permitió que las Cortes franquistas «se hicieran el hara-kiri» y se sembraran las condiciones para que poco tiempo después el país pudiera disfrutar de la Constitución de 1978.

El acto, celebrado en el Salón de los Espejos, se ha convertido en un canto a los valores de la Transición , una época que, en palabras del autor, sobrino-nieto del protagonista de su libro, «hay que reinvidicar, pero no sacralizar». Fernández-Miranda se ha mostrado muy crítico con los discursos populistas -con especial mención a Podemos- que pretenden enterrar la importancia de aquellos años.

Así, ha severado durante el turno de coloquio con el público que si Torcuato Fernández-Miranda pudiera contemplar hoy lo que acontece en el Palacio de los Diputados «quedaría horrorizado» con este tipo de argumentaciones. Pero también, ha reflexionado, decepcionado con la «dejación de funciones» de los dos principales partidos nacionales, PP y PSOE, «que es la que ha propiciado este alumbramiento».

Por contra, interpreta, sí que le gustaría poder ver «la naturalidad» con la que se ha producido el proceso sucesorio en la Corona que ha terminado como Rey con Don Felipe , a quien conoció como príncipe de Asturias.

Y es que Fernández-Miranda ha recordado cómo su tío abuelo también fue instructor de Don Juan Carlos cuando éste era el príncipe y estaba llamado a suceder a Franco, y narró que el Rey le ofreció convertirlo en presidente del Gobierno. Su sentido del deber le hizo desistir, pues al Monarca le argumentó que sería más necesario presidiendo las Cortes , «pese a lo que le hubiera gustado el cargo que le ofrecía Don Juan Carlos».

Además, en torno a la talla de los políticos que dirigieron aquella operación, ha aconsejado a los asistentes la lectura de los diarios de sesiones del Congreso de aquellos días, de gran altura «tanto política como literaria», afirmó. El periodista se refirió en este sentido a la «ejemplaridad radical» de la clase política de entonces .