VUELTA DE LA MOVILIDAD
Primer fin de semana en Málaga con movilidad entre provincias: «Están llenas las hamacas y el chiringuito»
Muchos andaluces han aprovechado para regresar a sus segundas residencias y disfrutar de unos días de playa
J.J. Madueño
Había ganas de ir a la playa. Día de verano en la Costa del Sol con 20 grados. Aguas azules, arena fría, una leve brisa y sin restricciones de movilidad en Andalucía. En Los Boliches, barrio de Fuengirola, copado por cordobeses con segunda residencia, escasea ... el aparcamiento desde el viernes por la tarde. Familias con sillas, toallas, chanclas… Visitantes que bajan de los bloques, cruzan por los pasos de peatones y entran en la arena. «Teníamos muchas ganas de venir de a la playa», reconoce Beatriz del Pozo, que ha llegado con su familia desde Palma del Río a un apartamento en esta zona de la Costa del Sol. «Lo primero que he hecho esta mañana ha sido salir a correr por el paseo marítimo. Lo echaba de menos» , añade esta cordobesa.
Son las mismas sensaciones que reconocen otros visitantes en Torremolinos, Benalmádena o Mijas. En la mayoría de los casos son personas que tienen una segunda residencia en la provincia de Málaga, que llevaban sin venir desde Navidad. «Nosotros nos escapamos en Semana Santa» , asegura una chica, que rehúsa dar su nombre porque «estaba prohibido» moverse entre provincias en aquella fecha.
Otro lamentan haber tenido desatendidas sus segundas residencias y que ahora se han encontrado desperfectos por pasar meses cerradas . Una persiana que no sube como debería, una cisterna que no va bien, la puerta de un armario que no termina de encajar… Pequeños daños por el desuso, que ahora deben ser reparados en unos días que están destinados a aprovechar el sol y el mar.
Ante el posible desembarco, los propios ayuntamientos de la Costa del Sol han previsto refuerzos de seguridad en los lugares más ‘calientes’ y en las horas en las que se podía prever cierta aglomeración. Nada fuera de los normal hasta el momento, salvo la afluencia y la alegría de los empresarios de playas, que ven como sus hojas de reservas empiezan a llenarse de clientes. «No hemos tenido una hamaca ocupada en los últimos dos meses y este fin de semana lo tenemos todo lleno» , señala Madeleine Farly, encargada del chiringuito Videra en Fuengirola.
La chica atiende a ABC después de anotar un par de reservas y de entregar una tirita para un niño cordobés que se ha caído en la playa. «Están llenas las hamacas y el chiringuito», afirma la hostelera, que remarca que «ya sí estamos en verano». «La gente tenía muchas ganas de playa» , sentencia Farly, antes de ponerse a apuntar otra nueva reserva, quien explica que también tiene clientes para comer de Madrid y que está notando más movimiento de extranjeros, sobre todo holandeses .
Desde que la Junta de Andalucía anunció que abría la movilidad el pasado martes, el teléfono suena para pedir una mesa. «Llamamos a un chiringuito que solemos ir siempre y nos dijeron que ya solo le quedaban dos mesas» , explica Del Pozo, que con su familia ocupa una buena parcela de terreno, antes de instalarse en la mesa de uno de los chiringuitos a comer espetos, por eso de que ya han comenzado los meses de sin ‘r’, cuando apunta la tradición que mejor está este codiciado plato típico malagueño.
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