HONORES

Alva y Neo, los dos primeros agentes caninos de Málaga condecorados por Interior

Los dos perros policía han sido galardonados por su carrera y por hallar un importante cargamento de droga

Alva y Neo con sus guías en la puerta de la Comisaría de Málaga J.J.M.

J.J. Madueño

Alva lleva diez años prestando servicio en la Unidad Especial de Guías de Caninos de la Policía Nacional de Málaga. Es cariñosa, tranquila y le falta un ojo por culpa de un glaucoma. Ya se va a jubilar, dando paso a otro agente canino, al ... que ha dejado muy alto el listón por sus notables servicios. Tanto es así que es una de los dos primeros perros policía condecorados por el Ministerio de Interior en la Comisaría de Málaga. El ministro le impuso una medalla el pasado 11 de noviembre por su trayectoria en el Cuerpo como especialista en la búsqueda de drogas, dinero falso y armas.

Decenas de misiones cumplidas , como aquella ocasión que le pidieron rastrear por última vez un coche decomisado que los propietarios habían pedido recuperar. El olfato de Alva descubrió una sofisticada caleta (habitáculo) disimulada con el tapizado y con puerta hidráulica en la que había armas, dinero y drogas.

Medalla impuesta a Alva por sus servicios ABC

Es el mismo oficio al que se dedica Neo, que ha sido también condecorado por el Ministerio de Interior. En su caso, lo han hecho por hallar un cargamento de 1.200 kilos de hachís en un camión . Neo es nervioso, le gusta jugar y solo para cuando su guía se lo pide. Debido a su pequeño tamaño pudo meterse donde nadie había llegado para sacar aquel alijo de un espacio que pasó desapercibido y que era inaccesible. La droga viajaba oculta en un arcón de paneles sándwich para que no saliera el olor.

Neo y Alva son las dos primeras medallas de la unidad en sus 30 años de historia trabajando en toda la parte oriental de Andalucía. Sus servicios no sólo se prestan en la Costa del Sol. Estos agentes actúan también en Granada, Jaén, Almería o el Campo de Gibraltar. Lo hacen en colaboración con todas las unidades de la Policía. « Es más rápido que un perro rastree droga o armas, que remover una casa o una nave entera en busca que algo», señala Tomás, el guía que forma binomio con Neo, y que trabaja habitualmente con José Manuel y Alva. Juntos encontraron hace una semana un alijo de droga oculto tras una doble pared.

Los canes son agentes capaces de hallar estupefacientes en un falso suelo, dentro de las ruedas de un camión o disimulada con diferentes productos que camuflan el olor, como en los barcos donde el gasoil dificulta la búsqueda. Tanto a Alva como a Neo se les detectaron instintos agudizados de caza y presa cuando eran muy pequeños. Desde su primer año de vida sus guías se dedicaron a entrenar esos instintos para educarlos, dando un premio cuando hallaban la caga oculta. «Siempre con refuerzos positivos. Nunca usamos castigos» , afirma el agente Tomás.

Así fueron adiestrados para buscar los olores de la droga, el dinero y de armas en cualquier lugar o bajo cualquier condición adversa. «Cuando no tenemos operación, solemos darle todos los días una hora de adiestramiento para seguir entrenando sus sentidos y adaptándolos a las fórmulas de camuflar la droga o el dinero que vamos encontrando», señala Tomás. «Para ellos es su vida. Están dedicados solo a rastrear» , añade José Manuel, quien explica que los llevan a desguaces para cambiarles los escenarios de rastreo y que allí, alguna vez, han encontrado botín en alguno de los coches.

Neo durante la búsqueda de los 1.200 kilos de hachís por los que le dieron la medalla ABC

Cada agente tiene dos canes a su cargo. Por un lado, están los que buscan drogas, dinero o armas y, por el otro, los que detectan los explosivos. «La diferencia está en cómo se marca una cosa y otra. La droga es arañando la zona, mientras que los explosivos lo hacen quedándose quietos, sentados al lado de lugar donde está oculto», explica Tomás, que recuerda cómo uno de los perros de esta unidad detectó la última bomba que ETA puso en Málaga .

Sus éxitos suponen incautaciones, operaciones que llegan a buen puerto o pistas por las que conseguir acabar con actividades criminales. Se dedican durante años, hasta que pasan a ser jubilados, como va a ser Alva en los próximos meses. «Antes de retirar a un agente canino se comienza a adiestrar a su sustituto» , señala Tomás, quien dice que, cuando llega el momento de decir adiós al Cuerpo, al primero que le ofrecen quedarse con can es al guía que lo ha tenido durante toda su vida. «Si el agente no puede, se entrega a una asociación que le busca una familia adecuada y a la que se le hace un seguimiento para saber que el perro adoptado está bien», afirma José Manuel, que en su caso se va a quedar con Alva.

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