José Ignacio García: «La competencia de la universidad privada no es mala, siempre que juguemos al mismo juego»

El rector de la Universidad Internacional de Andalucía (Unia) aspira a elevar hasta la treintena las titulaciones oficiales de máster que ofrece la institución, comprometida -asegura- con las ocho provincias

García Pérez, en un momento de la entrevista con ABC en la sede la UNIA en Málaga Francis Silva

Pablo Marinetto

Málaga

Los cursos de verano de la Universidad Internacional de Andalucía (Unia) no dan tregua a José Ignacio García Pérez. Entre sus visitas a las sedes que hay repartidas por la región, se prepara para un nuevo mandato con el reto de ensanchar aún ... más las puertas de la institución académica al mundo iberoamericano y llevarla a la vanguardia tecnológica. Bajo la dirección de García Pérez, que es catedrático de Análisis Económico en la Pablo de Olavide de Sevilla, la UNIA ha sumado ocho nuevas titulaciones de máster en apenas cuatro años y en sus planes está superar la treintena.

- Afronta otros cuatro años como rector. ¿Qué desafíos tiene por delante la institución?

Los retos de esta institución son, sobre todo, consolidar el proyecto de posgrado y crecer en el número de titulaciones y en alumnado internacional. Empezamos hace cuatro años con 18 títulos oficiales de máster. Ahora tenemos 26 y queremos seguir creciendo hasta superar los 30, pero sobre todo con unos títulos que permitan la asistencia de mayor número de alumnos internacionales por máster. Estamos trabajando en un modelo de docencia en línea que tratará de hacer un máster más grande, con posibilidad de asistencia síncrona o asíncrona de alumnado internacional y nacional.

- ¿Ha sido complicada su reelección?

El proceso es muy particular. No hay elección como tal porque la Unia no tiene profesorado ni claustro universitario. Se hace una propuesta al Consejo Andaluz de Universidades, donde están los rectores de las universidades andaluzas, los representantes de los profesores, del alumnado y de los partidos políticos con representación en Andalucía y son los que dan el informe favorable o no a esa propuesta. El consejero hizo la propuesta de mi renovación y al parecer, aunque yo no estuve delante, salió aprobada con la unanimidad del consejo, lo que me satisface enormemente.

- Con los años previos que lleva al frente, ¿enfoca el mandato desde otra perspectiva?

La idea es hacer valer el nombre de esta casa. Queremos crecer en presencia internacional de alumnado y de profesorado no solamente en la Unia, sino en todo el sistema andaluz. Andalucía, aunque no está mal a nivel nacional, está incorporando ahora mismo en torno a unos 300 alumnos internacionales de máster nuevos al año internacionales. Yo aspiro a que podamos subir incluso a los 500 en todo el sistema para que Andalucía sea la referencia que se merece ser en el mundo iberoamericano, el norte de África e incluso en el resto de Europa.

- Una de sus señas de identidad son los cursos de verano. Aún están por concluir, pero, ¿cuál es el balance?

Tenemos ya matriculados casi 1300 alumnos que han hecho o van a hacer cursos y todavía están las matrículas abiertas. Tanto aquí en Málaga, donde tenemos dos semanas de cursos, como en Sevilla, que están por empezar. Creo que vamos a superar las cifras del año pasado, que fueron de en torno a 1400 alumnos.

«Queremos crecer con másteres de comercio exterior, ciberseguridad o biomedicina»

- La Unia incrementa cada vez más su oferta formativa. ¿Hacia dónde se dirige?

Estamos tratando de poner en marcha proyectos de posgrado que tengan una demanda no satisfecha muy alta. Eso hicimos hace dos años cuando montamos el máster de profesorado en formación profesional. Había una demanda de 10 a 1. Es decir, por cada plaza que ofrece el sistema andaluz había 9 personas que se quedaban sin plaza en un máster público. Nosotros hemos llegado a ofrecer 160 plazas que están ayudando un poquito a cubrir ese déficit. Este año hemos empezado tres nuevos másteres: uno en nanotecnología, otro en restauración del patrimonio y otro, aquí en Málaga, de tecnología educativa. Hay muchísima demanda de profesores que ya están ejerciendo que necesitan un reciclaje en nuevas tecnologías. A partir de ahí, queremos seguir creciendo con másteres de alta demanda en comercio exterior, en ciberseguridad, en biomedicina o telemedicina.

- ¿Cómo han cambiado las inquietudes de los estudiantes a la hora de matricularse?

La demanda de alumnos de posgrado busca una formación mucho más especializada; que las competencias que se adquieran en esos másteres sean mucho más concretas y adaptadas a lo que demanda, o bien el mercado si es un máster profesional, o bien el mundo académico, porque también formamos a los que serán los futuros profesores universitarios.

- ¿Cómo de alineada está la Internacional con la realidad y necesidades de Andalucía?

Somos una universidad que trabaja para toda la región. Tenemos presencia física en cuatro provincias: Jaén, Málaga, Huelva y Sevilla, pero hacemos cada vez más actividades académicas -cursos de verano, cursos de extensión, formación corporativa, cursos culturales- en Almería, Cádiz, Granada y Córdoba. Es decir, tratamos de que la presencia territorial sea mucho más general y tenemos que hacer un esfuerzo un poquito mayor para estar en las cuatro provincias donde no tenemos sede física.

El rector, a las puertas de la sede tecnológica de Málaga F. Silva

- ¿Qué cree que les hace fuertes en el panorama universitario?

Nuestra fortaleza es la flexibilidad para organizar programas de posgrado que se adaptan a las demandas cambiantes del alumnado. Como no tenemos facultades ni consejos de departamento, cuando detectamos que hay una necesidad es más fácil montar un programa de forma rápida, aunque tenemos que pasar por todos los filtros que pasan los demás. También tenemos algo más de facilidad para modificar los títulos cada 4 o 5 años.

- ¿Pueden convivir universidades públicas y privadas en Andalucía?

¿Por qué no? La competencia no es mala y como economista la defenderé siempre. Ahora bien, para que la competencia funcione bien, tiene que basarse en la igualdad de oportunidades. Por tanto, si tenemos competencia tenemos que jugar todos al mismo juego. Si las normas de evaluación de un título son las que son, pues tienen que ser iguales para los centros privados y para los centros públicos. E igual con los filtros y controles de calidad.

- ¿A qué se refiere?

Si para montar un grado de Medicina se necesitan departamentos de Anatomía Patológica o de Análisis Clínico, con profesionales que tengan currículums suficientemente buenos para ello, eso debe exigirse de igual manera en la universidad pública y en la universidad privada. Tienes que demostrar, antes de empezar, que cuentas con los recursos humanos y físicos para montar esos títulos.

- Málaga se prepara para la llegada de varias universidades privadas. ¿Cómo valora este «boom»?

Son proyectos de universidad que tiene que pasar todos los filtros y ahora mismo no están ni evaluados ni pasados por el Consejo Andaluz de Universidades ni por las diferentes instituciones que tienen que evaluarlos. Obviamente en Málaga va a haber más competencia tanto en el grado como en el posgrado. Aunque la competencia será más fuerte con la Universidad de Málaga a corto plazo, obviamente a medio plazo será con todas.

- ¿Cómo lo afronta?

Yo estoy dispuesto a jugar, de hecho tengo a mi equipo trabajando para montar proyectos de posgrado demandados por las sociedad y no voy a esperar a que esas universidades estén implementadas para ponerlos en marcha. Nosotros hemos pasado de 18 a 26 títulos y vamos a seguir creciendo para que cuando llegue esa competencia estemos bien preparados para competir, como te decía, en igualdad de oportunidades.

«Ya no se demanda una enseñanza de gran grupo, sino personalizada»

- ¿Está Andalucía preparada para los retos tecnológicos que vienen?

Totalmente. Tenemos un profesorado universitario que, gracias o a pesar de la pandemia, se ha reciclado de una manera muy importante en nuevas metodologías docentes y en tecnologías educativas modernas y estamos ahora mismo en una situación muy oportuna para entrar en esa disrupción tecnológica que es la enseñanza personalizada.

¿Hacia que modelo nos dirigimos?

Lo que se demanda cada vez más a la universidad no es una enseñanza de gran grupo, que obviamente es necesaria, sino una enseñanza mucho más personalizada, con tutorías grupales e individuales en las que el alumno trabaja con el profesor en trabajos concretos. En eso estamos mucho más preparados. Ahora, tenemos que coger el toro por los cuernos y no dormirnos en los laureles porque, no ya aquí, en todo el mundo se está compitiendo ya en esas tecnologías. Nosotros ya lo estamos haciendo y tenemos ya más de seis títulos totalmente virtuales y otros que son semipresenciales.

- Imagino que la pandemia ha marcado el paso…

La pandemia nos ha obligado a acelerar lo que ya estaba previsto. En mi discurso de toma de posesión de hace cuatro años, que ahora estoy repasando para preparar el nuevo, decía que quería hacer de la universidad internacional una universidad mucho más tecnológica y adaptada a las necesidades del alumno. Y lo tuve que hacer en seis meses, porque tomé posesión el 1 de octubre y el 1 de marzo estábamos encerrados. Eso nos ha ayudado a darnos cuenta de que ese cambio había que hacerlo mucho más rápido y creo que, aunque costó muchísimo esfuerzo, podemos estar satisfechos.

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