Los británicos de la Costa del Sol lloran a Isabel II: «Es como si hubiera muerto mi abuela»

Allí reconoce que la perdida la siente muy cercana. Compungido, se le corta la voz y se le desbordan lo sentimientos tras las gafas oscuras. «Es parte de mi familia. Es como si hubiera muerto mi abuela. Ella trabajó toda su vida por su pueblo. No habló de nadie, no opinó de nada. Ella dedicó su vida a protegernos», remarca Schofield, que recuerda a Isabel II con el mono de trabajo como mecánica en el ejército.

La Reina es un símbolo para millones de personas. Ícono pop, estandarte de una nación que la venera. Parte de ese país residen en Andalucía. La comunidad tiene 51.000 expatriados. Un gran núcleo de esa población está en la Costa del Sol. Fuengirola y Mijas son un asentamiento importante con miles de personas. Además, la zona recibe millones de turistas de este país, la mayoría de los tres millones que llegan a la comunidad. Entre ellos es un día negro. «Una tragedia«, recuerda Schofield.

Es el sentimiento común entre la comunidad británica en la Costa del Sol, en cuyos puntos de reunión están sintonizados los servicios de noticias 24 horas de Sky News o de la BBC. No pierden un detalle de lo que pasa en Gran Bretaña, mientras desempolvan los símbolos patrios. «Me he puesto los dragones ingleses por la Reina», señala Steve Lewis, que regenta otro local en el puerto.

En la puerta del 'Desperate Dans', que rememora a un popular personaje de cómic británico, la 'scooter' de Lewis luce la 'Union Jack', mientras el propietario se enfunda la americana con la bandera británica. «Es un día muy triste. Ha sido nuestra Reina durante 70 años. Es la madre de nuestra nación. Tiene el respeto de todo el mundo», señala Lewis, quien ahonda en esa figura de «abuela del pueblo». «Llevo su foto en el teléfono. Es como alguien de mi familia. Es un símbolo que nos mantiene unidos», remarca este hostelero.

«Es difícil explicar lo que siento por la Reina. Hay miembros de mi familia que van a Londres a llevar flores al palacio de Buckingham. Nunca se desvió de su deber. Fue una más de nosotros», asevera Scholfield. Es lo mismo que relata Jyne Williams, una galesa que sirve desayunos en otros de los locales entre los atraques del puerto de Fuengirola. «No era sólo una soberana, era mucho más. Era una persona cercana, que escuchaba al pueblo, que se interesaba por su gente y era cariñosa con ellos», asevera.

Los británicos han tenido presente a su Reina durante toda su vida. Los menores de 70 años no han conocido a otra monarca. «Es la madre de la nación», repite Williams, quien señala que siente mucha tristeza, porque Isabel II fue «fuerte, respetada y supo adaptarse a los cambios durante su reinado». «Su familia no es solo la Familia Real, somos todos. Por eso es un día muy triste», asevera esta galesa, que añade que es un pesar generalizado en el mundo.

La Reina no sólo era la Jefa de Estado en las Islas, sino también de 56 países en todo el mundo. «Ella reinaba en Canadá o Sri Lanka, en toda la Commonwealth», recuerda Jyne Williams, quien dice que, por esta razón la tristeza por la pérdida de la monarca británica se ha generalizado. «El primer ministro de Canadá dijo que era su persona favorita. Fue una buena diplomática y dedicó su vida a este trabajo», concluye Scholfield.