Por redes sociales y a través de un escrito que enviaron al periódico digital El Independiente de Granada, lamentan la medida adoptada por el equipo de gobierno que dirige Juan Cobo (PP) y también que no se haya dado ninguna alternativa. «Los niños se preguntan: ¿dónde juego, alcalde?», es, por así decirlo, el grito de guerra.
En la Plaza de España está precisamente la sede del ayuntamiento y también la Iglesia de la Encarnación, del siglo XVIII y uno de los monumentos más significativos de un municipio ligado para siempre con acontecimientos como el descubrimiento de América, puesto que allí se firmaron, el 17 de abril de 1492, las capitulaciones que recogen el acuerdo entre los Reyes Católicos y Cristóbal Colón para la expedición que este último iba a emprender.
Volviendo a la pelota, hay bastantes vecinos que creen que este cambio de postura no es consecuencia de un capricho del gobierno local sino de las quejas que habría manifestado el cura del mencionado templo. Algunos concejales, de ser eso cierto, le han hecho caso y en redes sociales han justificado la prohibición diciendo que se podría «dañar el patrimonio«.
En foros como el grupo de Facebook 'I love Santa Fe' hay partidarios y detractores. «Es uno de los sitios del pueblo con más tránsito peatonal (por no decir el que más) y no es de recibo tener que estar esquivando balones«, protesta un santaferino. »Una cosa es dar balonazos al patrimonio histórico y otra prohibir jugar a niños con una pelota en la plaza. Pero claro, es mucho más fácil prohibir que educar. Quizás se podría haber empezado por otras alternativas«, replica otro. »Seguro que los vecinos que llevan años aguantando los balonazos y gritos lo agradecen«, razona un tercero, al que contesta un cuarto: »Nunca le ha pasado nada a la casa del cura y mucho menos a la iglesia«.
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