Así es la impactante recreación del cadáver de Federico García Lorca en una fosa

La escultura muestra a García Lorca muerto, pero con un aspecto tranquilo y agradable, bien vestido y bien peinado. El cuerpo yace sobre la tierra de una fosa que se cubre con un cristal, lo que permite al espectador caminar por encima del poeta.

Con esta arriesgada y valiente propuesta artística, Merino utiliza la figura de Lorca –cuyos restos aún no han sido encontrados tras su asesinato en 1936– como una metáfora poderosa de aquellos que siguen bajo tierra, pero permanecen en la memoria colectiva.

La obra de Merino, titulada Ruina, se inserta en el contexto industrial y obrero de Carabanchel. Así, el poeta granadino resurge entre las ruinas de este barrio madrileño gracias a un vaciado arqueológico «que los espectadores podrán pisar, como metáfora de los que siguen bajo tierra», según el comisario de la exposición, Alejandro de Villota.

Para Villota, esta obra de Merino sumerge al espectador en un presunto presueño donde Lorca yace inmerso, mientras que la ruina y la desolación del entorno destacan la vigencia de los delitos de odio y la normalización de la violencia. Por esta razón, la obra Ruina que se expone en Memoria es una reflexión sobre el compromiso político del poeta granadino sobre aspectos que aún generan debate en la sociedad actual.

La historiadora del arte Semíramis González opina que la sola presencia de la recreación del cadáver de Lorca en la fosa ayuda al espectador a ahondar en la importancia de preservar su memoria y continuar debatiendo sobre su legado en el contexto contemporáneo. «La ruina se ha instalado como protagonista, sin intentar disimularla y siendo precisamente esto, su resto, lo que nos reciba», escribe González en el texto crítico que acompaña a la obra de Merino.