«Donde más empleo hay es donde más trabajo nos cuesta que den oportunidades a las personas con discapacidad»
Rocío Pérez, presidenta de Andalucía Inclusiva: «Debemos conseguir que la sociedad no piense que solo somos personas que viven de una pensión, sino que también podemos desarrollar una labor profesional igual o mejor»
Las valoraciones a la baja son la nueva barrera para las personas con discapacidad en Andalucía
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Iniciar sesiónHoy se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Una magnífica ocasión para visibilizar su encrucijada. El consenso es casi absoluto en la sociedad de que tienen los mismos derechos y por tanto deben poseer las mismas oportunidades. Pero esta posición les ... coloca ante un sendero repleto de retos que más bien emergen como obstáculos. A los eternos problemas de accesibilidad y movilidad se le une una creciente falta de recursos por la subida del coste de la vida, las listas de espera que no paran de crecer, las dificultades para encontrar empleo, la falta de especialistas y la nueva crisis de las valoraciones, con una aplicación errática por parte del actual gobierno nacional.
Rocío Pérez, presidenta de Andalucía Inclusiva Cocemfe, capta una imagen fija, la fotografía del momento actual. Y se revela como un instante crítico por la complejidad del presente y la falta de un compromiso real. «Nuestros derechos pueden estar tambaleándose». Al menos enciende esa luz roja para examinar en forma y fondo la cuestión.
-¿Cómo es ahora mismo la situación de la discapacidad Andalucía? ¿Qué radiografía se podría hacer?
-Estamos viviendo un punto de tenemos un punto de inflexión importante. Hay un cambio social, y es porque la inmensa mayoría de ciudadanos y entre todos los partidos políticos hay un consenso social: las personas con discapacidad tienen que tener las mismas oportunidades de los mismos derechos. Hemos llegado incluso a un acuerdo para hacer un cambio en la Constitución.
Pero también vivimos un momento en el que nuestros derechos pueden estar tambaleándose debido a la subida del coste de la vida. El aumento de los salarios de las personas que nos atienden contrastan con los recursos, que no están subiendo a la misma velocidad. Es un retroceso porque hay un estancamiento.
-No es que les den menos, es que lo que les da, les da para menos.
-Así es. Tenemos la situación económica más controvertida de hace mucho tiempo. Cada vez van cerrando más entidades sociales, se quedan con menos personal. Hay que dar la voz de alarma porque las asociaciones están pasando un momento muy complicado.
-En Andalucía (también en todo el país) sólo trabajan uno de cada cinco personas con discapacidad. Para una aceptable inclusión, esta cifra queda muy lejana a lo recomendado, ¿no?
-Para llegar a postularse para un puesto de trabajo, hace falta un trabajo previo y unos recursos sostenidos durante años y profesionales. Son recursos que hacen falta movilizar. Y luego tenemos que hacer un cambio social muy importante porque la empresa privada todavía no se acuerda de las personas con discapacidad a la hora de contratar. Donde más empleo hay es donde más trabajo nos cuesta que nos den oportunidades.
Debemos emprender esa revolución social para que no se acuerden solamente a la hora de conseguir recursos o de ayudar o dignificar la asistencia, sino también a la hora de darnos oportunidades para poder trabajar.
La realidad es que cuando nos dan oportunidades, el éxito está presente en la mayoría de las inserciones. Suele salir bien o muy bien. Nos cuesta esa primera oportunidad y le daría el 'tironcito' de orejas a la sociedad para que nos dé más oportunidades.
-¿Por qué no llegan esas oportunidades? ¿Por el estigma?
-Sobre todo porque no nos ven. El problema es la invisibilidad de la discapacidad como personas empleables. Y es un falso mito porque hay muchos pidiendo oportunidades y buscando empleo, pero la empresa privada no nos termina de de ver.
Y si no, pues nos tenemos que ir a los centros especiales de empleo. Ahí tenemos un empleo garantizado, pero necesitamos que la administración nos cuide un poquito más. Hace falta intermediación laboral, orientación específica, por eso necesitamos una labor más exhaustiva y un apoyo con más intensidad.
-Se van dando pasitos pero muy lentamente.
-Nos queda todavía muchísimo por andar. Para que la sociedad se acuerde de que no solo somos personas que viven de una pensión, sino que también podemos desarrollar una labor profesional igual o mejor que cualquiera.
-La mayoría de trabajadores se acumulan en el sector servicios y cuesta más el trabajo cualificado, mientras que cada vez hay más personas con discapacidad con estudios universitarios.
-Vamos aumentando la formación, aunque todavía hay una brecha importante. Las personas que tienen discapacidad adquirida en la infancia o de nacimiento tienen más dificultades a la hora de su formación, lo que nos dice que no tenemos igualdad de oportunidades.
-En Andalucía se sigue a la cola en el tiempo de espera para la resolución.
-Es una salvajada. Nos tienen que responder en seis meses y la mayoría de las provincias rondan los dos años para reconocer los derechos de una persona con discapacidad. Nos dicen que están haciendo todo lo posible, que les cuesta mucho encontrar personal, y que no son capaces de garantizar ese derecho. Reconocen la dificultad. Hemos podido mejorar que tenemos un procedimiento de urgencia para personas con poca esperanza de vida.
-¿Se están haciendo en España valoraciones a la baja?
-Sí. No se está aplicando correctamente el baremo, porque graves discapacidades se están quedando sin llegar al 33%. Tenemos casos de personas incluso que van a revisión porque ha empeorado de forma importante su discapacidad y salen sin el 33% ni siquiera.
Se ha informatizado y no se ha formado suficientemente al personal que valora. Tenemos una crisis muy importante en las valoraciones, en el personal que se está jubilando, que no se repone, y por lo que van aumentando las listas de espera. Tenemos un endurecimiento lo que pedíamos es que el nuevo baremo debía contemplar las nuevas situaciones o las nuevas dificultades que hay: si vives en una zona rural, si tienes otras dificultades, pero eso se ha incorporado de manera errónea porque el resultado es que están bajando las valoraciones. Están valorando los factores sociales como positivos.
-La crisis de las valoraciones, las listas de espera, la empleabilidad... ¿son los grandes retos del futuro próximo?
-No podemos olvidar la accesibilidad. Una parte de los problemas del empleo es que llegar hasta determinados puestos de trabajo puede ser una quimera: coger un autobús, trasladarse a otra población... la accesibilidad es transversal, dificulta todo desde la educación, el empleo, el acceso a la salud. Y lo tenemos que reivindicar como un derecho humano, tengo derecho a a poder trasladarme, a poder caminar por la calle, sea cual sea mi forma de caminar.
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