Urbanismo detectó fallos de seguridad en el espectáculo del Alcázar cuando ya estaba en marcha

Lo normal en un espectáculo es que, primero, se garantice que se cumplen las normas de seguridad para, después, abrirlo al público. En este caso, sucedió al revés. El proyecto arrancó con un permiso provisional, una primera fase, de fecha 14 de noviembre de 2022 (aunque se abrió de forma efectiva el 24) con la idea de que estuviese en marcha, exclusivamente, hasta el 15 de enero de 2023. Teóricamente, el espectáculo tendría que haber cerrado sus puertas desde el 16 de enero de este año para proceder a la creación de una infraestructura definitiva y estable que permitiese llevar a cabo la iniciativa.

Tras un pequeño parón tras la Navidad, el espectáculo volvió a estar activo para el puente de Andalucía hasta el mes de junio, momento en el que cerró sus puertas. El informe permite saber que la Gerencia de Urbanismo detectó fallos de seguridad que se fueron paliando sobre la marcha. Y lo hizo una vez que había autorizado el proyecto inicial, de vocación temporal, en el que se realizó una limpieza y reparación de los vasos y los estanques del jardín del Alcázar.

Todo ello, sustentado en una declaración responsable que fue visada por la Delegación de Cultura de la Junta. El Alcázar es un monumento catalogado como Bien de Interés Cultural que es la máxima categoría de protección que ofrece la legislación. Es la misma que tiene la Mezquita-Catedral.

Según los antecedentes, técnicos municipales —no dice cuáles— realizaron «una visita rutinaria» al Alcázar el 28 de diciembre de 2022 (el informe dice 2023, en lo que parece una errata) donde se toparon con los problemas de seguridad «en la instalación superficial». La idea era repararlos cuando acabasen los dos meses iniciales autorizados y se abordase el proyecto con vocación de permanencia.

A esa visita se suceden una serie de reuniones a tres bandas en las que la adjudicataria, Urbanismo y Cultura pusieron en común sus puntos de vista contando con datos nuevos aportados por un despacho de arquitectura de la ciudad en representación de la empresa gestora de la visita nocturna.

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La empresa responsable optó por pedir una prórroga de la fase provisional estableciendo mejoras de seguridad. El primer informe municipal estableció que había ocho elementos que hacían inviable el permiso para prolongar la vigencia del permiso provisional. Que obligaban a parar y hacer obras.

Se detectaron elementos tecnológicos instalados que no aparecían en los documentos técnicos autorizados con carácter previo al inicio del espectáculo. Podían generar un problema para los espectadores que tropezasen con ellos. Había bandas de luces y escaleras sin sujeción. «Cualquier necesidad de iluminación para el tránsito durante el evento tuvo que ser estudiada durante el concurso», dice el documento. Se requería la retirada inmediata de elementos situados sobre los setos del jardín.

Había problemas en una rampa de accesibilidad que estaba siendo ejecutada por el Consistorio al incorporarle un cableado. Existían elementos sobre rasante que podían provocar tropiezos. Se detectaron problemas con con el cableado «que es fácilmente afectable con el tránsito» al no quedar oculto «por motivos de SEGURIDAD» (las mayúsculas son de Urbanismo). Por último se advertía la existencia de una escalera metálica no autorizada «que en ningún caso es autorizable» y se advertía que cualquier obra quedaba bajo la supervisión de Urbanismo y Cultura. Todos los problemas fueron reseñados con un completo informe fotográfico.

Aparte, se establecían unos criterios generales para la redacción del proyecto definitivo que van desde la estanqueidad de los elementos ante zonas húmedas, la prohibición total de generadores y la advertencia sobre la colocación de «bolsas de basura o simples elementos plásticos que afectan negativamente a la visión del monumento». Esos problemas fueron contestados por la empresa con una suerte de alegaciones donde explican el por qué de cada elemento.

Los funcionarios de Urbanismo realizaron a principios de febrero una evaluación de las medidas adoptadas contra los fallos de seguridad detectados. El primer informe dice lo siguiente: «de los ocho requerimientos se cumple uno, tres se encuentran parcialmente cumplidos y cuatro no se encuentran cumplidos». La situación era grave porque Urbanismo había advertido que el cumplimiento de las medidas de seguridad era «previo y vinculante» (subrayado en el informe original) al mantenimiento de la actividad.

Un informe «complementario» posterior, del 23 de febrero de 2023 (con el puente de Andalucía encima), asegura que ya se cumplen con esas garantías y que el espectáculo podía continuar (en puridad, reabrirse). Lo hizo hasta el mes de junio desarrollándose durante toda la temporada alta y tras las elecciones municipales del ejercicio pasado.

El espectáculo nocturno del Alcázar se despidió provisionalmente del público el 18 de junio, dice el informe. Lo hizo con la prolongación de la actividad provisional que cumplía el 15 de enero que estuvo vigente seis meses más. Ahí empiezan una serie de reuniones con un factor económico que hay que tener en cuenta.

La empresa debe seguir pagando el canon como si el Alcázar estuviese recibiendo turistas todas las noches. Lo dice el edil de Turismo en su respuesta a Vox. El pliego de condiciones efectuado en su momento explica que se puede dejar de pagar el canon por «parada técnica» durante un máximo de quince días con el objetivo de renovar la tecnología o realizar las reparaciones necesarias. Pero el pliego nunca tuvo en cuenta una situación como la que se está produciendo. El canon anual base asciende a 102.000 euros.

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Según el informe de García-Ibarrola, las partes han negociado el contenido del proyecto definitivo de actuación en el que el Ayuntamiento de Córdoba tendrá que tirar de recursos propios para instalar un nuevo transformador. Costará unos 79.000 euros, según las declaraciones del alcalde de Córdoba, José María Bellido (PP). La empresa contratista, según las previsiones, tiene que desarrollar el resto del gasto que tiene que ver con instalaciones, canalizaciones y obras. Está previsto que 'Raíces' no esté abierto al público, al menos, hasta la primavera de 2024.

Aquí surgen las dudas de lo que tiene que ocurrir en los próximos meses. En función del tiempo en que pase cerrado, la empresa Let's Go puede alegar que se ha producido una merma en los ingresos con los que se consiguió la concesión. Y ello generará un cambio en las condiciones que se pactaron en su día, como se reconoce de forma abierta en el gobierno municipal. El concepto a usar es el de «reequilibrio económico» y se suele aplicar mediante una prolongación del contrato.

El espectáculo del Alcázar es una iniciativa municipal que ha dado muchos quebraderos de cabeza. Se puso en marcha con Andrés Ocaña en la Alcaldía usando unas ayudas anticrisis del presidente Zapatero y estuvo vigente hasta el mandato de Isabel Ambrosio. No pudo ponerse en marcha de nuevo hasta finales del año pasado con el cierre de junio de este año.