Tres vecinos de Córdoba cancelan deudas de 93.000 euros por la Ley de la Segunda Oportunidad

Para su negocio de restauración, tuvo que ir solicitando préstamos habida cuenta de las deudas que iba generando. Como consecuencia de la carga de facturas y de obligaciones tributarias, así como los préstamos solicitados a las entidades bancarias, el concursado se vio obligado a cerrar el negocio. Ante la falta de ingresos, sólo podía cubrir sus necesidades más básicas.

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Noelia Ruiz

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En el segundo de los casos, el demandante al que una sentencia le ha exonerado del pago de 17.400 euros estuvo prestando servicios para una empresa recogiendo residuos no peligrosos y repartiendo propaganda con el vehículo que le había prestado la empresa. Dicho vehículo sufrió una avería y la empresa no pudo facilitarle otro por lo que, para poder continuar con su actividad, no le quedó más remedio que utilizar una furgoneta, que compró a su nombre. De hecho, llegó a un acuerdo verbal con su encargado, que consistía en que la empresa se haría cargo de los gastos de la misma e incluso le ayudarían con un plus. Transcurrido un tiempo, la empresa cambió de encargado y éste se negó a abonarle una parte de los gastos que suponía tener la furgoneta a su nombre y cayó en situación de insolvencia.

El tercer caso corresponde a una mujer a la que se le ha condonado una deuda de 35.472 euros. Su insolvencia comenzó cuando solicitó los préstamos para poder iniciar el negocio de peluquería. Para cubrir los gastos del primer préstamo, solicitó más. Acabó cayendo en un bucle de deudas del que ya ha salido.

La Ley de Segunda Oportunidad es un mecanismo legal para que personas que no pueden asumir sus deudas no tengan que arrastrarlas de por vida. Ofrece amparo a particulares y autónomos al permitirles quedar liberados si cumplen una serie de requisitos específicos.

En resumen, basta con que el concursado no haya sido condenado por delitos de orden socioeconómico en los diez últimos años, que se encuentre en un estado actual o inminente de insolvencia y que actúe en todo momento de buena fe, sin ocultar bienes ni ingresos.