Verdad y transparencia

Ya en el plano nacional, vemos cómo, en la política , la mentira y ocultación se han convertido con la indolencia de muchos en moneda corriente. ¿Cómo es posible que alguien se crea sin poner en duda lo que dicen los políticos? Lo que hemos visto y oído en la última campaña electoral y las actuaciones que han permitido conformar el gobierno bicéfalo que vamos a tener en España , demuestran que las campañas sólo buscan engatusar a un pueblo al que consideran tonto de baba. Aunque a estas alturas de la historia no estoy seguro si realmente lo somos.

En el plano más cercano, vemos en Córdoba a una oposición municipal en pleno, con ideologías antagónicas, coincidiendo en que el poder municipal y en lo referente a la información, se comporta de manera oscura, lenta, cuando no con total opacidad. Parece que actúan buscando que la información que sobre cualquier asunto deben dar a la oposición y a la ciudadanía, les llegue tarde, cuando las decisiones están tomadas, las cosas hechas y sin posibilidad de vuelta atrás. Traigo a la memoria el escrito del pasado diciembre en el que la interventora general , órgano de control municipal, informaba sobre la falta de cumplimiento en los plazos legales que deben darse para que sus informes reúnan las garantías que todo informe debe tener. Se refería al informe que debería dar sobre las ordenanzas fiscales . También somos conocedores de la tardanza de varios meses en entregar documentos que están siendo valorados públicamente por el gobierno municipal y que la oposición carece de su conocimiento para poder emitir de manera razonada su legítima opinión.

Estamos permitiendo una España en la que, en política, la verdad y la transparencia están en la boca de todos pero en la realidad de nadie. Esto genera desconfianza y esta, a su vez, inseguridad. Desconfianza e inseguridad que a corto plazo forjan autoritarismos, fragmentación y violencia. ¿Vamos a permitir que en España se escalen esos tres peldaños?