El último premio de la Navidad en el kiosco de lotería de Las Tendillas de Córdoba

El lotero vendió en su kiosco un décimo del 44469, segundo premio del Niño que dejó a un afortunado cordobés con 200.000 euros más en el bolsillo. Quien quiera que fuera el agraciado, no aparecido por esta administración. «Y yo tampoco lo haría. Me iría directamente al banco para cobrarlo», asegura alegre León.

Ese ha sido, sin ninguna duda, el último premio de Navidad que entrega este lotero en el conocido kiosco de Las Tendillas. Aún tendrá tiempo de dar, si hay suerte, otros reintegros importantes en sorteos oficiales del Estado como la Lotería Nacional, la Primitiva o la Bonoloto. Los que caigan antes de que la Administración de Loterías número 4 de Córdoba se traslade desde el pequeño local actual hasta uno más amplio, un bajo comercial situado a escasos metros, en la calle Jesús y María justo enfrente del Bar Correo.

«El kiosco ya está mayor, s on tres metros cuadrados y ahora nos vamos a un localito », explica León. Allí, en esa pequeña cabina, lleva décadas vendiendo lotería; «veintitantos años», recuerda, aunque antes había otro incluso más antiguo . Ahora «ha llegado la hora de cambiar un poco y tener más espacio y más posibilidades de negfocio, por lo que hemos planteado esta alternativa y a ver si sale bien».

Juan Francisco León confía en tener terminado el traslado para finales de febrero o comienzos de marzo como muy tarde, aunque todo dependerá del «laberinto burocrático, porque hasta para poner una banderola hay que buscar permisos», sostiene en una fría mañana de enero dos días después del sorteo de El Niño.

Los clientes no paran de llegar, en un goteo continuo, hasta el pequeño kiosco. Unos sacan sus décimos para cobrarlos o ver si tienen algo , aunque sea un reintegro; otros buscan números especiales; y los más se van con otro boleto, o varios. El trasiego, asegura el lotero, no tiene nada que ver con los premios dados en Navidad, sino que «es la tónica general, a partir de ahora ya afloja un poco la cosa». Como sus demás compañeros de oficio, Juan Francisco León depende de la campaña de Navidad para aguantar el resto del año. Los sorteos del 22 de diciembre y del 6 de enero «son curciales para nuestro negocio y para todas las adnminsitraciones de lotería», puntualiza.

León se va contento de su kisco porque «el final ha sido bueno» . El mismo sentimiento tendrá el comprador de ese único décimo del 44469, sea quien sea. «Debe de estar muy contento», termina el lotero de Las Tendillas.