PUERTA GIRATORIA
Tristes hojas de otoño
Asusta el empleo de recursos públicos que entran en liza en cada convocatoria que hay de elecciones
Papeletas electorales de las elecciones autonómicas de 2015 en Córdoba
Frente al neón y el despliegue de efectismo mitinero, algunas calles de Córdoba han permanecido a oscuras durante esta semana. No es de competencia regional el alumbrado público de Córdoba pero si un claroscuro que señala donde lo esencial y donde el artificio. ... Hace algún tiempo que la política es materia de discusión solo para políticos y periodistas y hace más tiempo aún que los ciudadanos han dejado claro el gusto por la información que supere el partidismo para entroncar con el ejercicio y conocimiento que tiene que ver con la cosa pública. Unas elecciones más se demuestra el escaso conocimiento de la realidad que tienen los candidatos y como se les escapa la complejidad de la vida social . El despilfarro gráfico trufados de abrazo y sonrisa indiscriminada no puede ser ya sinónimo de un acercamiento sincero al ciudadano para desterrar los problemas de su entorno, ya no cabe más impostura dilatada por cada uno de los medios afines: asusta el empleo de recursos públicos que entran en liza en cada convocatoria de elecciones, enfada el uso fraudulento de las instituciones y la repentina motivación de acercamiento a los vecinos. La fórmula no cambia pero es añeja.
No es tanto el mensaje como la puesta en escena y sigue valiendo más un minuto de informativo televiso con mandíbula batiente de candidato que la letra del programa electoral. Antes de profundizar en sesudos pronósticos , el votante quiere verdad y solo encuentra técnicas de seducción que no le eliminan su inseguridad en el futuro. Aun así, el domingo con cierto aire resignado, acudirá a votar para no ser responsable de un quebranto del sistema de que a ciencia cierta sabe no le aportará demasiadas alegrías. La resistencia en la participación democrática es una manera de estar en política para los ciudadanos que, sin introducir demasiados juicios de valor en su papeleta, depositará su voto a modo de ritual. De los que no tienen el voto comprometido , el camino a las urnas se convierte en una escena de civismo que desafía el voto cautivo y la incertidumbre, buscarán solo corresponder su función de ciudadano pacífico, de hombre de bien que vota sin interés pero con responsabilidad.
Entre tanto se van apagando las luces y la parafernalia festiva de los líderes va dejando paso a la reflexión. Una convocatoria más, las elecciones dejan de ser una oferta de participación democrática para ser muleta de intereses personales y partidistas. Ora toca unir el debate andaluz al nacional, ora toca separarlo. Y todo es aceptado sin sonrojo. El domingo muchos cordobeses pisarán la hojarasca otoñal, las románticas hojas muertas que hay que transitar para recuperar la vida cotidiana encontrándose cada uno con el resorte de la confianza en la capacidad propia. Con los mismos recursos de hoy contaremos el lunes cuando todo acabe. El cambio al final será solo el nuestro.