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El dedo en el ojo

El soplamocos

Del vandalismo en las artes deberíamos empezar a hablar de arte vandálico, que es el que insulta a las personas

Polémico cuadro de la Inmaculada en la Diputación de Córdoba Valerio Merino
Mario Flores

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No tendría yo más de diez u once años. Por razón de esas conductas erráticas que los niños emplean alguna vez en su infancia, me dio por c hinchar a uno de mis compañeros de clase que, a la sazón, era uno de mis ... mejores amigos. Durante el recreo empecé a darle collejas, a insultarle, a sacarle la lengua y esa clase de estupideces tan propias de infantes . Cuando formábamos en la fila para entrar de nuevo a clase no desistí de mi empeño, lo que hizo que mi amigo, harto ya de soportarme, me plantase un par de soplamocos que dieron conmigo en el suelo . Aquello me hizo mucho bien porque de inmediato pude caer en la cuenta de que uno puede convertirse rápidamente en un perfecto imbécil bajo la forma de un provocador. Y aprendí que ser provocador, en efecto, tiene sus consecuencias .

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