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Crónicas de Pegoland

Carchenilla

Las ciudades viejas no nos pertenecen y la piedra no es lo único que hay que conservar

Tejados del Casco Valerio Merino
Rafael Ruiz

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Por Ramírez de Arellano sabemos que la calleja de la Yerbabuena se llamaba en el XIX y antes Carchenilla . que vaya usted a saber quién era el caballero que vivía por San Lorenzo, barrio que don Teodomiro consideraba lleno de rojillos. Y ... que Horno de la Trinidad se llamaba Horno de la Trinidad porque estaba en la Trinidad y había un horno , cosa que parece digna de elogio y fruto del sentido común. Han estado a pique, en ambos casos, de convertirse en víctimas de la moda de cambiarle el nombre a las calles de la Córdoba antigua, cosa que me parece una ordinariez, por la presión de algunas cofradías.

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